TL;DR
- En todo el continente americano, los escritores coloniales registraron relatos sobre visitantes civilizadores—con frecuencia barbudos, a veces de piel clara—que llegaban desde el mar, enseñaban leyes o agricultura y partían con la promesa de regresar. 1
- El ejemplo más famoso es el complejo Quetzalcóatl/Topiltzin mexica, conservado sobre todo en textos nahuas y españoles de los siglos XVI–XVII como el Códice Florentino, los Anales de Cuauhtitlan y las crónicas de Ixtlilxóchitl. 2
- Figuras paralelas aparecen en los Andes (Viracocha), entre los muiscas (Bochica) y en otros lugares, a menudo descritas como hombres barbudos “venidos del oriente” que traen la civilización y luego desaparecen sobre el océano o en el cielo. 3
- La investigación moderna suele ver los detalles del “dios blanco” como añadidos coloniales tardíos—moldeados por los misioneros, la tipología bíblica y la política local—superpuestos a mitos indígenas más antiguos de héroes culturales. 1
- Autores difusionistas, apologistas mormones y diversos atlantólogos leen el mismo expediente como evidencia tentadora de viajeros del Viejo Mundo, apóstoles o refugiados atlantes en las Américas precolombinas. 4
- Sea cual sea la interpretación, la recurrencia del motivo “un forastero barbado que llega del mar, trae la ley y se va dejando una promesa de retorno diferido” es uno de los elementos más extraños del paisaje mítico americano.
“Los dioses no regresan; seguimos contando la historia de su regreso hasta que olvidamos que la inventamos.”
El problema del forastero barbado#
Si le dieras a un mitógrafo la consigna—“Escríbeme una historia sobre un genio extranjero que aparece y arregla las cosas”—obtendrías algo como esto:
Llega un hombre alto y barbado (o dios, o mago) desde el otro lado del mar. Es inusualmente pálido o brillante. Trae la agricultura, la escritura, el tejido o una ética más refinada que la que disfrutan los lugareños. En algún momento se marcha—de nuevo por el mar, a menudo hacia la salida del sol—con la promesa de regresar. Más tarde, cuando aparecen extranjeros reales en barcos, todos entrecierran los ojos y preguntan: “¿Eres… él?”
Alguna versión de este guion aparece en Mesoamérica, los Andes y el norte de Sudamérica. En las fuentes coloniales se convierte en la historia de Quetzalcóatl, Viracocha, Bochica y un pequeño elenco de civilizadores itinerantes.
Desde el siglo XVI hasta hoy, este patrón se ha utilizado para argumentar:
- Una preparación providencial para el cristianismo (“Dios envió un protoapóstol para que los indios no se quedaran totalmente en shock con Jesús”).
- Contactos precolombinos con marinos del Viejo Mundo, fenicios, israelitas, vikingos, atlantes o la civilización perdida que más te guste.
- Una lectura más psicológica: las culturas indígenas, como todas las demás, cuentan historias que dan sentido retrospectivo a la catástrofe.
Este ensayo no trata de decidir quién tiene razón. Trata de abrir el archivero y recorrer lo que realmente hay en las carpetas: primero para Quetzalcóatl, donde la documentación es más abundante, luego para Viracocha, Bochica y compañía, y finalmente para la imaginación europea posterior que los entretejió en “los dioses blancos de América”.
Piensa en esto como una guía de campo cargada de fuentes para cualquiera que quiera jugar con estas ideas sin perderse en el puro manoteo especulativo.
Quetzalcóatl antes de los españoles
¿Serpiente emplumada, sacerdote-rey o ambas cosas?#
“Quetzalcóatl” ya es un objeto sobredeterminado antes siquiera de llegar a Cortés.
- En el plano cósmico, Quetzalcóatl es la “Serpiente Emplumada”, una deidad mayor vinculada al viento, Venus, el sacerdocio, el conocimiento y el poniente. 2
- En el plano histórico/mítico, “Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl” es recordado como un sacerdote-rey de Tollan (Tula), un gobernante ejemplar cuyo reinado acaba siendo destruido por el engaño y el exceso. Gran parte de esta narrativa se conserva en los Anales de Cuauhtitlan en náhuatl y tradiciones afines. 5
- El nombre es también un título sacerdotal en el México central del Posclásico tardío: sacerdotes importantes de templo podían llamarse literalmente “Quetzalcóatl”, lo que complica los esfuerzos por extraer un único individuo histórico. 2
Los Anales de Cuauhtitlan, compilados en náhuatl a mediados del siglo XVI, ofrecen uno de los relatos más claros del sacerdote-rey Topiltzin. En resumen: nace en el año 1 Caña (Ce Ácatl), crece hasta convertirse en un líder devoto y ascético, preside una Tollan floreciente, abole el sacrificio humano—o al menos lo reduce—y luego cae víctima de una elaborada trama de embriaguez y humillación, tras lo cual parte hacia el mar del oriente.6 5
El texto lo hace desaparecer sobre las aguas, y algunas versiones insinúan una promesa de regresar en un futuro año 1 Caña. Ese gancho cíclico-calendárico importa, porque el año 1519—cuando desembarcó Cortés—también cayó en 1 Caña en el calendario mexica.7 2
Ya, antes de importar cualquier teología europea, tenemos:
- Un héroe cultural fuertemente asociado con la virtud sacerdotal, el ascetismo y la ética.
- Una partida hacia el mar del oriente.
- Una posibilidad de retorno codificada calendáricamente.
Combustible perfecto, en otras palabras, para identificaciones posteriores.
Lo que realmente dicen los informantes de Sahagún#
Nuestro relato con voz indígena más detallado de la conquista es el Libro 12 del Códice Florentino, compilado entre las décadas de 1550 y 1570 por fray Bernardino de Sahagún con un equipo de colaboradores nahuas. 8
El Libro 12 se abre con una serie de prodigios ominosos: una “mazorca” de fuego en el cielo, el incendio del templo de Huitzilopochtli, un fuego extraño en el lago, una mujer que llora de noche, monstruos y niños deformes, etcétera. Según el texto, estos presagios comienzan unos diez años antes de la llegada de los españoles; es decir, en la década previa a 1519. 8
Cuando Moctezuma oye hablar de los recién llegados que han desembarcado en la costa del Golfo, se inquieta y envía varias embajadas. Los mensajeros regresan describiendo seres con barbas, rostros pálidos, “pieles” de metal y animales que los cargan. La narrativa enfatiza más el desconcierto que conclusiones teológicas específicas. 9
En la famosa escena del primer encuentro, Moctezuma saluda a Cortés con un elaborado discurso en náhuatl clásico. En la versión de Sahagún, el discurso incluye frases que pueden traducirse como:
- “Has venido a sentarte en tu trono, que yo he guardado para ti”.
- “Has vuelto para gobernar tu ciudad”.
Cronistas posteriores parafrasean esto como Moctezuma aceptando a Cortés como “nuestro señor, has regresado”, lo que a menudo se ha leído como un reconocimiento explícito de Cortés como Quetzalcóatl. 2
Conviene subrayar varias cosas:
- El discurso se escribe décadas después de los hechos, en un registro retórico estilizado; no estamos leyendo una transcripción judicial.
- El texto no dice explícitamente “Tú eres Quetzalcóatl” ni “Tú eres un dios”; el lenguaje del regreso y el trono puede ser metafórico, diplomático o mítico.
- Aun así, la gramática del discurso—la idea de que en principio se esperaba el retorno de algún señor lejano—está claramente operando.
Matthew Restall y otros han argumentado que el meme “Moctezuma pensó que Cortés era Quetzalcóatl” cristaliza solo más tarde, como parte de una leyenda más amplia de Cortés que enfatiza la astucia española y la credulidad indígena. 10 Pero incluso los escépticos admiten que hacia mediados de siglo tanto los escritores nahuas como los frailes españoles se sentían cómodos entretejiendo a Quetzalcóatl en los relatos sobre la conquista. El motivo está ahí; lo debatible es cuán temprano y cuán literal fue.
Los frailes españoles se encuentran con la Serpiente Emplumada#
Si el Códice Florentino nos muestra a intelectuales nahuas procesando la conquista, los frailes nos dan la otra mitad del circuito de retroalimentación: europeos interpretando la religión nahua mediante categorías cristianas.
Motolinía, Durán y el Quetzalcóatl moral#
Frailes franciscanos como Toribio de Benavente “Motolinía” se sorprendieron de cómo ciertos elementos de la religión indígena parecían rimar con el cristianismo. Notaron dioses creadores, relatos de diluvios y héroes culturales moralmente estrictos, y tendieron a tratarlos como fragmentos de una revelación primordial o ecos del Evangelio. 11
La Historia de las Indias de Nueva España de Diego Durán (terminada hacia 1580, publicada después) es un testimonio clave aquí. Basándose en informantes nahuas y en manuscritos pictográficos anteriores, Durán presenta a Quetzalcóatl como:
- Un sacerdote-rey de Tollan.
- Casto, ascético, opuesto al sacrificio humano.
- Un legislador que introduce ayunos, penitencias y reformas morales.
- Finalmente expulsado, partiendo hacia el mar del oriente. 12
El tono de Durán es abiertamente admirativo; Quetzalcóatl se convierte en una especie de santo pagano que casi tropieza con el cristianismo.
El motivo de la “profecía de retorno” también es más claro aquí que en Sahagún. Durán hace que Quetzalcóatl anuncie que regresará en algún tiempo futuro, dejando a sus seguidores a la espera del regreso de su señor justo. Cuando llegan los españoles, algunos indígenas los interpretan a través de ese lente.
¿Estamos ante una profecía auténticamente prehispánica o ante una armonización posconquista de motivos dispersos? Las propias fuentes no zanjan la cuestión. Pero, de nuevo, nuestro objetivo aquí es descriptivo: este es el Quetzalcóatl que vemos en la etnografía franciscana de fines del siglo XVI—barbado, moralizante, oriental, probablemente de regreso.
El sacerdote barbado y portador de libros de Ixtlilxóchitl#
Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, noble del siglo XVII descendiente de los gobernantes de Texcoco, escribió extensas historias de la “nación chichimeca” que mezclan tradiciones orales indígenas, códices pictográficos e historiografía europea. Para difusionistas y apologistas mormones, es un testigo estelar.
En el relato de Ixtlilxóchitl sobre Topiltzin Quetzalcóatl, el gobernante es:
- Un hombre alto y barbado, descrito a menudo en resúmenes posteriores como de piel clara.
- Vestido con túnicas blancas.
- Un estricto maestro moral que introduce el ayuno y se opone al sacrificio humano.
- Portador de libros o “breviarios”, que algunos autores del siglo XX se apresuran a comparar con las Escrituras cristianas. 5
Gobierna Tollan virtuosamente, luego es acosado por sus enemigos, viaja hacia el oriente y desaparece sobre el mar, tras prometer que regresará. La combinación de barba, blancura, postura antisacrificial y piedad letrada tiene una forma notablemente cristiforme—al menos tal como la filtra la imaginación cristiana colonial.
Una tesis moderna sobre la cristianización de Quetzalcóatl resume el cuadro compuesto: “Las fuentes aztecas y españolas lo describen como un hombre blanco y barbado que había venido a México desde el oriente. Trajo la civilización y una moralidad similar a la ética cristiana, se convirtió en sacerdote-rey de Tollan y fue expulsado por abolir los sacrificios humanos. Desapareció hacia el oriente cruzando el mar, pero había prometido regresar.” 13
Se entiende por qué este conjunto de rasgos ha sido un imán no solo para frailes, sino para cualquiera que haya querido que Jesús, fenicios o atlantes se hayan dado un crucero precolombino.
La versión de la Enciclopedia Católica#
Para cuando llegamos a las síntesis de principios del siglo XX, el “Quetzalcóatl blanco y barbado” está completamente normalizado. La entrada sobre México en la Catholic Encyclopedia, que resume la erudición del siglo XIX, describe así la llegada de Quetzalcóatl:
Se decía que había venido de la provincia de Pánuco, un hombre blanco, alto, de grandes ojos, cabello largo, barba redondeada y una túnica decorada con cruces.14 15
La entrada da por sentado no solo la ética cuasi cristiana de Quetzalcóatl, sino también su papel como una especie de protoapóstol que allanó—sin saberlo—el camino para el Evangelio.
Estamos ya muy lejos de la teología nahua prehispánica y profundamente inmersos en una lectura tipológica cristiana de la historia mesoamericana. Pero los datos subyacentes son los mismos: un origen oriental, dones civilizadores, barba, partida por mar y un retorno prefigurado.
Más allá de México: Viracocha, Bochica y otros huéspedes del mar#
Quetzalcóatl no tiene el campo para sí solo. Figuras similares aparecen en tradiciones andinas y del norte de Sudamérica, especialmente tal como las filtran las crónicas coloniales. La melodía básica—hombre extraño, comportamiento civilizado, océano, partida, promesa—es reconociblemente similar, aunque la instrumentación difiere.
Viracocha: ¿dios blanco de los Andes?#
En la religión inca, Viracocha es un dios creador asociado con el ordenamiento primordial del mundo, a veces distinto del dios solar Inti y a veces estrechamente vinculado a él. 1
Cronistas españoles tempranos como Pedro Cieza de León (que escribe en la década de 1550), Juan de Betanzos y Pedro Sarmiento de Gamboa registraron tradiciones andinas sobre Viracocha que enfatizan cada vez más su apariencia humana e incluso europea:
- Cieza de León habla de Viracocha como “un hombre de gran estatura, vestido con una ropa blanca”. 3
- Sarmiento lo describe como un hombre de mediana estatura, blanco, vestido con una larga túnica blanca, portando un bastón y un libro. 3
- Betanzos igualmente lo presenta como un hombre con túnica, de cabello corto y con algo parecido a un breviario sacerdotal en las manos. 3
A Viracocha se le atribuye la creación de los humanos, la enseñanza del orden social y luego su partida sobre el Pacífico, caminando sobre las aguas. Más tarde, algunos grupos andinos al parecer usaron “Viracochas” como término genérico para los españoles, reflejando ya sea una identificación de los recién llegados con el dios o una asociación más general de los extranjeros pálidos con este molde mítico. 1
Los estudiosos modernos han señalado que:
- Los documentos más tempranos del periodo de contacto no mencionan que los españoles fueran saludados como Viracochas; esas identificaciones aparecen en fuentes escritas décadas después.
- “Blanco” y “barbado” son rasgos enfatizados de forma llamativa por los escritores españoles, pero no están claramente atestiguados en la iconografía andina prehispánica de dioses creadores.
La imagen más probable es que la evangelización y la política colonial animaron tanto a españoles como a andinos a encajar a los conquistadores en narrativas existentes sobre dioses creadores—Viracocha se convirtió en el nombre andino para el Dios cristiano, y viceversa. 16
Pero desde el punto de vista de nuestro motivo, lo importante es: aquí de nuevo hay un dios que aparece en forma humana, se parece sospechosamente a un monje itinerante, enseña cosas, parte sobre las aguas y a veces se confunde con los europeos recién llegados.
Bochica: maestro barbado de los muiscas#
Más al norte, entre los muiscas de lo que hoy son los altiplanos colombianos, encontramos a Bochica (también llamado Nemqueteba en algunas fuentes), un héroe cultural asociado con el sol, la promulgación de leyes y el control de las inundaciones. 17
Las descripciones coloniales, basadas en las crónicas de Lucas Fernández de Piedrahita y otros, presentan a Bochica como:
- Un anciano de larga barba, a menudo con cabello y barba blancos.
- De piel clara o de algún modo visualmente distinto de la población local.
- Vestido con una túnica, a veces comparado explícitamente con la imaginería cristiana del Nazareno.
- Apareciendo misteriosamente en el altiplano, montado en un animal extraño (a veces comparado con un camello) y portando un bastón o arma.
- Enseñando a los muiscas la agricultura, el tejido y las leyes morales.
- Más tarde poniendo fin a un diluvio catastrófico al golpear las rocas de Tequendama para dejar escapar las aguas, tras lo cual se retira y acaba siendo divinizado. 18
Un resumen moderno en una enciclopedia de historia religiosa colombiana señala que Piedrahita probablemente fusionó dos figuras originalmente distintas—un dios celeste Bochica y un maestro humano “apostólico”—en un solo híbrido misionero-divino barbado, bajo la influencia de la imaginería cristiana. 19
De nuevo, el patrón: forastero barbado, misión civilizadora, control del diluvio, retirada, interpretación posterior mediante categorías cristianas.
Una guía de campo rápida#
He aquí una comparación compacta de las principales figuras de “dios blanco” o héroe cultural que suelen agruparse:
Tabla 1. Grandes héroes culturales americanos en la familia del “forastero barbado venido del mar”
| Figura | Región/Pueblo | Rasgos clave en las fuentes | Principales fuentes coloniales | ¿Motivo de retorno? |
|---|---|---|---|---|
| Quetzalcóatl / Topiltzin | México central (tolteca, luego mexica) | Sacerdote-rey, reformador moral, a veces barbado, vinculado al viento/Venus, parte hacia el oriente sobre el mar | Anales de Cuauhtitlan, Códice Florentino de Sahagún, Durán, Ixtlilxóchitl 2 | Sí: partida en año 1 Caña con retorno implícito en un futuro 1 Caña |
| Viracocha | Andes incaicos y preincaicos | Dios creador que toma forma humana; en relatos posteriores blanco, barbado, con túnica, bastón y libro, camina sobre el Pacífico | Cieza de León, Betanzos, Sarmiento de Gamboa 3 | Sí en algunas versiones: parte sobre el mar tras enseñar |
| Bochica / Nemqueteba | Muiscas (Colombia) | Anciano barbado, de piel clara, con túnica, maestro de oficios y leyes, controla inundaciones | Pedro Simón, Lucas de Piedrahita (vía resúmenes posteriores) 19 | Menos explícito, pero la retirada tras dominar el diluvio es central |
| Kukulkán / Itzamná | Mayas yucatecos | Serpiente emplumada / figura civilizadora, a veces confundida con un sacerdote extranjero barbado que llega del oriente | Landa, compilaciones posteriores; fuertemente filtrado 1 | En algunas reconstrucciones, sí: origen oriental y posible retorno |
| Figuras “apostólicas” varias | Varias | Misioneros solitarios o en pequeños grupos, barbudos, con túnica, que enseñan monoteísmo o ética | Crónicas regionales dispersas e informes misioneros 20 | A menudo implícito más que explícito |
Esta tabla no prueba nada. Es el patrón bruto que autores de ambos bandos—críticos y entusiastas—han intentado explicar.
La imaginación europea se pone a trabajar#
Hasta ahora nos hemos movido sobre todo en los siglos XVI–XVII, donde aún podemos ver a voces indígenas y etnógrafos coloniales lidiando con los mismos hechos extraños. Los siglos XIX y XX, en cambio, nos ofrecen un carnaval de interpretaciones.
Historiadores románticos y lecturas providencialistas#
Cuando William H. Prescott publicó su History of the Conquest of Mexico en la década de 1840, ayudó a fijar la leyenda de Cortés para el público anglófono: el brillante y audaz conquistador que doblega un imperio a su voluntad, ayudado por la tecnología, los aliados tlaxcaltecas y la superstición de Moctezuma, quien supuestamente pensó que el español era un dios. Prescott se apoya fuertemente en la tradición tardo-colonial que equipara a Cortés con el retorno predicho de Quetzalcóatl, usándola para explicar tanto la vacilación azteca como el éxito español. 21
Escritores católicos y protestantes por igual desarrollaron narrativas providencialistas en las que Quetzalcóatl y Viracocha se convierten en prefiguraciones de Cristo, enviados para preparar el Nuevo Mundo para la llegada posterior del Evangelio. Las barbas, la blancura y la ética antisacrificial se leen como señales de que estas figuras no podían ser meramente paganas. 15
Difusionistas, mormones y los dioses blancos#
Hacia mediados del siglo XX, los “dioses blancos de América” se habían convertido en un lugar común de la literatura difusionista.
- Thor Heyerdahl argumentó en artículos como “The White Gods: Caucasian Elements in Pre-Inca Peru” que Viracocha y figuras similares conservaban recuerdos de antiguos marinos caucasoides que habían cruzado el Atlántico o el Pacífico y sembrado la civilización en las Américas. 4
- Autores y divulgadores SUD (mormones) vieron en Quetzalcóatl y Viracocha una confirmación independiente de que el Cristo resucitado había visitado efectivamente las Américas, como describe el Libro de Mormón. Artículos en revistas de la Iglesia comparaban los rasgos de Quetzalcóatl—barbado, blanco, manso, opuesto al sacrificio, que promete regresar—con las descripciones neotestamentarias de Jesús. 22
- John L. Sorenson y otros intentaron sistematizar un complejo más amplio de “correspondencias cercano-orientales–mesoamericanas” en el simbolismo y ritual religiosos como posible evidencia de contactos transoceánicos. 23
Estos autores ponen en común:
- La leyenda de Quetzalcóatl/Topiltzin.
- La túnica blanca y el libro de Viracocha.
- La cabellera nazarena y la cruz de Bochica.
- Diversos mitos de serpientes emplumadas y diluvios.
Tratan los motivos compartidos como pistas de viajes reales en barco, colonias perdidas o expediciones misioneras.
Sea o no convincente, es importante que esta lectura al menos trabaja con datos textuales reales, no con pura invención. Los frailes realmente escribieron sobre civilizadores barbudos; los colaboradores nahuas y andinos realmente hablaron de partidas hacia el oriente y retornos calendáricos.
La pregunta es: ¿qué tipo de cosa son estos datos? ¿Memoria literal de visitantes, o la forma esperable de cierto tipo de mito?
La réplica académica (sin comillas de aire)#
A partir de finales del siglo XX, los etnohistoriadores examinaron más de cerca las fuentes e intentaron desentrañar cuándo aparecen realmente estos motivos.
En el lado mexicano, autores como Enrique Florescano, David Carrasco y Matthew Restall han señalado:
- Las representaciones prehispánicas de Quetzalcóatl suelen ser formas de serpiente o dios del viento sin barba; las imágenes antropomorfas barbadas son raras y no necesariamente prehispánicas. 2
- Los relatos más claros de “Moctezuma pensó que Cortés era Quetzalcóatl” aparecen en textos españoles o fuertemente mediados por españoles, no en documentos tempranos e independientemente indígenas. 2
- La idea de que los aztecas en general vieron a los españoles como dioses simplifica una interacción mucho más compleja de miedo, oportunismo, alianza y resistencia. 10
En el lado andino, trabajos similares han mostrado que:
- La identificación de los españoles con Viracocha, y la descripción detallada de “dios blanco, barbado y portador de libro”, solo aparecen claramente en fuentes escritas décadas después del contacto inicial. 16
- Ningún documento temprano del periodo de contacto registra que los andinos saludaran a los españoles como Viracocha en el primer encuentro; esto parece ser una narrativa retroproyectada que hace que la conquista parezca planificada divinamente.
El artículo White Gods en Wikipedia, que resume esta línea de investigación, señala sin rodeos que “la mayoría de los estudiosos modernos consideran por tanto que la historia del ‘dios blanco’ es una invención española posconquista”, aunque esto mismo es un eslogan comprimido para un conjunto de argumentos más matizado. 1
De nuevo, la cuestión no es que las historias sean falsas. Es que podemos observar cómo evolucionan a través de los textos, a medida que distintas comunidades—élites indígenas, frailes, administradores coloniales—usan los mismos motivos de héroe cultural para interpretar un trauma civilizatorio abrupto.
Si eliges ver esto como mitificación, memoria o ambas cosas es la decisión filosófica, no la empírica.
Cómo se ve la evidencia cuando se apila#
Alejémonos y tratemos nuestro corpus como un rompecabezas volcado en el suelo.
Las piezas que realmente tenemos#
- Estratos prehispánicos (reconstruidos):
- Deidades serpiente emplumada (Quetzalcóatl/Kukulkán) con raíces profundas en Mesoamérica.
- Dioses creadores o supremos (Viracocha, Pachacámac, etc.) en los Andes.
- Héroes culturales (Topiltzin, Bochica/Nemqueteba) que enseñan artes, leyes y a veces ponen fin a diluvios. 2
- Etnografías y crónicas coloniales tempranas (1550–1600):
- Obras colaborativas nahua-españolas como el Códice Florentino de Sahagún, los Anales de Cuauhtitlan y la Historia de Durán, que ya vinculan la partida oriental de Topiltzin y el año 1 Caña con el momento de la conquista. 8
- Crónicas andinas de Cieza, Betanzos y Sarmiento, que presentan a Viracocha como un visitante humano con túnica que caminó sobre el Pacífico. 3
- Relatos de Nueva Granada sobre Bochica como legislador barbado y dominador de inundaciones en el altiplano muisca. 19
- Síntesis coloniales tardías y de inicios de la modernidad (1600–1900):
- El Topiltzin moralmente cargado y barbado de Ixtlilxóchitl.
- Escritores católicos y protestantes que sistematizan a Quetzalcóatl, Viracocha y Bochica como figuras protocristianas. 5
- Elaboraciones del siglo XX:
- Autores difusionistas y mormones que vinculan todo con viajeros del Viejo Mundo o con el Cristo resucitado. 4
- Etnohistoriadores críticos que deshacen las capas y señalan la aparición tardía del tópico “dios blanco y barbado confundido con un español”. 1
Sea cual sea la postura interpretativa, ese es el andamiaje sobre el que estás parado.
Qué es realmente “convincente”#
Si buscas evidencia dura y comprobable de visitas del Viejo Mundo, el expediente es francamente débil: no hay artefactos inequívocamente del Viejo Mundo en contextos precolombinos seguros que encajen con estos mitos, ni registros del periodo de contacto que digan “los reconocimos como marinos fenicios porque hablaban nuestra lengua ancestral”, etc.
Lo que sí resulta interesante, y genuinamente desconcertante en términos transculturales, son cosas como:
- La convergencia en barbas y piel clara en varias regiones donde esos rasgos eran relativamente poco comunes y donde el arte prehispánico no los enfatiza de forma evidente. 1
- El patrón persistente de origen marítimo oriental—dioses o héroes culturales que vienen del mar del oriente y a menudo regresan a él, que es la dirección desde la que más tarde llegaron los europeos. 13
- La coloración ética de los visitantes: a menudo se oponen al sacrificio humano, enseñan ritos “más suaves”, promulgan leyes y son recordados como más benignos que los cultos existentes. 12
Una lectura máximamente conservadora diría:
Por supuesto que parecen proto-cristianos; frailes y, más tarde, élites cristianizadas reeditaron sus tradiciones mediante categorías morales y visuales cristianas.
Una lectura máximamente difusionista diría:
Parece el recuerdo a medias de encuentros con algún grupo de maestros extranjeros—misioneros, comerciantes, monjes náufragos—que con el tiempo fueron mitologizados.
El antropólogo intermedio, levemente junguiano, dice:
Si experimentas una conquista extranjera súbita y devastadora, y ya tienes mitos de extraños civilizadores, tu mente va a soldar esas cosas. Los españoles se convirtieron en Quetzalcóatl/Viracocha en retrospectiva, porque las sociedades necesitan cierre narrativo.
Ninguna de esas opciones cancela a las otras; responden a preguntas ligeramente distintas—históricas, teológicas y psicológicas. Pero todas parten del mismo lugar empírico: un conjunto de textos que hablan de visitantes barbudos que vienen del mar, enseñan, se van y quizá regresan.
Cómo pensar con estos mitos, en lugar de pasar por encima de ellos#
Una forma de abordar este dossier es tratarlo como un conjunto de hipótesis de trabajo que los pueblos antiguos usaban para dar sentido a cambios disruptivos.
- “Una vez tuvimos un buen rey, que prohibió los peores sacrificios, pero se fue y todo se vino abajo.”
- “Nuestra tierra fue inundada y salvada por un viejo sabio forastero.”
- “Llegaron extranjeros con animales atronadores y pieles de metal; quizá éstos son de quienes se nos dijo que volverían.”
Esa es una forma perfectamente racional de usar el mito: como un algoritmo de compresión para la historia traumática. Cuando luego tienes misioneros moviéndose por esas sociedades con historias de Jesús, Moisés, Noé y Pablo, hay una presión natural a mapear héroes locales sobre figuras bíblicas.
A partir de ahí, sólo hay un pequeño paso hacia escritores modernos que miran los híbridos resultantes y dicen: ¿Y si no fueran sólo historias? ¿Y si son recuerdos distorsionados de visitantes reales?
No tienes que aceptar ese salto para encontrar el patrón fascinante. El “extraño barbado que viene del mar” es una especie de test de Rorschach cultural:
- Para los frailes, es un Juan el Bautista pagano, que allana los caminos torcidos para Cristo.
- Para los difusionistas, es un ingeniero atlante o un navegante fenicio.
- Para algunos escritores indígenas, se convierte en una forma de afirmar que sus ancestros estaban espiritualmente preparados—que no eran simplemente paganos en tinieblas antes de la llegada de los europeos.
- Para los escépticos modernos, es un ejemplo de cuán rápido las historias de conquista se reescriben en guiones providencialistas.
Lo terco, lo que no se deja borrar fácilmente ni por el desmontaje crítico ni por la apologética, es la recurrencia de la estructura narrativa básica. Se entiende por qué se quedó. Explica demasiado, con demasiada elegancia, como para ser descartada.
La postura epistémica más segura podría ser algo como:
Realmente hubo héroes culturales y figuras religiosas llamativas en la América precolombina; sus recuerdos fueron remodelados en el periodo colonial para resonar con narrativas cristianas y fisonomías europeas; y el resultante complejo del “dios blanco” es a la vez una ventana al proceso de mitificación indígena y un imán para la especulación moderna.
No es tan dramático como “Jesús caminó a Tula”, ni tan satisfactoriamente arrasador como “todo esto es basura racista”. Pero tiene el mérito de mirar efectivamente los textos.
Preguntas frecuentes#
P 1. ¿Los mexicas literalmente pensaban que Cortés era Quetzalcóatl?
R. Algunas fuentes de finales del siglo XVI presentan a Moctezuma recibiendo a Cortés como a un señor que regresa, a la manera de Quetzalcóatl, pero ningún documento náhuatl independiente y casi contemporáneo registra de forma inequívoca “Creíamos que él era Quetzalcóatl”; la identificación parece cristalizar más tarde como parte de la leyenda de Cortés. 8
P 2. ¿Hay alguna evidencia arqueológica sólida de visitantes del Viejo Mundo precolombinos detrás de estos mitos?
R. Fuera del asentamiento nórdico bien atestiguado en L’Anse aux Meadows, no hay consenso arqueológico que respalde colonias del Viejo Mundo en Mesoamérica o los Andes; el corpus de los “dioses blancos” es textual e iconográfico, no está respaldado por rastros claros de artefactos. 24
P 3. ¿Viracocha y Bochica fueron realmente descritos como blancos y barbudos antes del contacto?
R. Las descripciones más antiguas que se conservan de sus formas humanas, blancas y barbudas son todas textos españoles o indígenas mediados por españoles posteriores a la conquista; el arte prehispánico y las reconstrucciones míticas pre-contacto no confirman de manera independiente esos rasgos fisonómicos, por lo cual muchos especialistas los tratan como adornos coloniales. 3
P 4. ¿Por qué el motivo del “forastero que trae la civilización y se va con una promesa de regresar” aparece en múltiples culturas americanas?
R. Los relatos de héroes culturales con esa forma básica son comunes en todo el mundo; en los casos americanos, probablemente combinan mitos más antiguos y genuinos sobre legisladores y terminadores de diluvios con reinterpretaciones posteriores al contacto que mapearon las llegadas europeas—y las historias cristianas—sobre plantillas narrativas locales. 17
Notas#
Fuentes#
- Sahagún, Bernardino de, et al. Historia general de las cosas de Nueva España (Códice Florentino), Libro 12. Edición digital, Getty / Medicea Laurenziana. 8
- León-Portilla, Miguel (ed.). The Broken Spears: The Aztec Account of the Conquest of Mexico. Beacon Press, 1992. 9
- Durán, Diego. Historia de las Indias de Nueva España y islas de Tierra Firme. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2005 (orig. s. XVI). 12
- Alva Ixtlilxochitl, Fernando de. Historia de la nación chichimeca y crónicas relacionadas; discutido en S. P. Hartman, “Quetzalcoatl Without Jesus Christ”, tesis de maestría, University of Montana, 1996. 5
- Restall, Matthew. Seven Myths of the Spanish Conquest. Oxford University Press, 2003; ed. actualizada 2021. 25
- “Quetzalcōātl.” Wikipedia, con referencias a Townsend, Carrasco, Florescano y otros sobre los atributos de la deidad y el debate sobre la identificación con Cortés. 2
- “Viracocha.” Wikipedia y “Huiracocha (dios).” Artículo en español que resume a los cronistas Cieza de León, Betanzos, Sarmiento de Gamboa. 1
- “COLOMBIA; Religiosidad prehispánica, el mito de Bochica.” Diccionario de Historia Cultural de la Iglesia en América Latina, 2019. 19
- “Bochica.” Wikipedia y resúmenes relacionados sobre la religión muisca. 17
- “White gods.” Wikipedia, panorama del motivo y su historiografía. 24
- Heyerdahl, Thor. The White Gods: Caucasian Elements in Pre-Inca Peru. Varias reimpresiones; PDF vía Internet Archive. 4
- Sorenson, John L. “A Complex of Ritual and Ideology Shared by Mesoamerica and the Ancient Near East.” Sino-Platonic Papers 195 (2009); y “The Book of Mormon as a Mesoamerican Record.” 23
- Hunter, Milton R. “Archaeology and the Book of Mormon,” Improvement Era 59:3 (1956), que discute a Viracocha como posible figura apostólica. 22
- “Mexico.” Catholic Encyclopedia (1911), sección sobre Quetzalcoatl como hombre blanco de Pánuco. 15
- “The myth of the omens.” Mexicolore, discusión de los presagios del Libro 12 y su historiografía. 26
La secuencia de borrachera y humillación en los Anales de Cuauhtitlan tiene un tono casi tragicómico: a Topiltzin lo convencen de romper sus votos ascéticos, despierta crudo y avergonzado, y decide abandonar su ciudad. Es difícil no oír ecos moralizados tanto de ansiedades sacerdotales como de arrepentimiento posterior a la conquista en la forma en que se enmarca la historia. 5 ↩︎
La correlación del año náhuatl 1 Caña (Ce Ácatl) con 1519 depende de mapear el calendario mesoamericano sobre el sistema gregoriano; ese mapeo mismo se basa en un montón de cotejos cronológicos entre múltiples documentos. No es fan-fiction improvisada; pero sí es una reconstrucción, no una inscripción que diga “1519 = 1 Caña”. 2 ↩︎
He parafraseado ligeramente para mantenerme dentro de los límites de cita y evitar reproducir en su totalidad la prosa de principios del siglo XX. La entrada original está en el artículo de la Catholic Encyclopedia sobre México. 15 ↩︎