TL;DR

  • Varios teóricos clave (Klein, Chomsky, Cutler, Bickerton, Tattersall, Mithen, Coolidge & Wynn) argumentan a favor de una “Revolución Cognitiva” relativamente repentina y biológicamente impulsada en Homo sapiens hace aproximadamente 50,000 años.
  • Esta revolución se caracteriza por la aparición de comportamientos modernos como el arte complejo, artefactos simbólicos, herramientas sofisticadas y un lenguaje/pensamiento avanzado.
  • Los desencadenantes biológicos propuestos varían: mutaciones genéticas específicas (Klein), la aparición de la sintaxis recursiva/facultad del lenguaje (Chomsky, Bickerton), potencial simbólico latente activado por la cultura/lenguaje (Tattersall), integración de dominios cognitivos previamente separados (“fluidez cognitiva”) (Mithen), o memoria de trabajo mejorada (Coolidge & Wynn).
  • Aunque convergen en un cambio cognitivo rápido y tardío, estas teorías divergen en los mecanismos específicos y el momento preciso, enfrentando críticas de modelos gradualistas que enfatizan una acumulación cultural más lenta, particularmente en África.

Revolución Cognitiva en el Paleolítico Superior: Teóricos y Teorías Clave#

Introducción

Hace aproximadamente 50,000 años (en el Paleolítico Superior), la humanidad experimentó una “explosión creativa”: aumentos repentinos en el arte, artefactos simbólicos, herramientas sofisticadas y posiblemente el lenguaje. Algunos investigadores argumentan que esto refleja una revolución cognitiva impulsada biológicamente: un cambio evolutivo en nuestros cerebros o genética que hizo posible el pensamiento humano moderno casi de la noche a la mañana, en lugar de una acumulación cultural lenta. A continuación, perfilamos a las principales figuras académicas que defienden esta visión, incluyendo una sección sobre la Teoría de la Conciencia de Eva de Andrew Cutler. Cada uno ha propuesto que la singularidad cognitiva de Homo sapiens surgió abruptamente debido a cambios biológicos/neurológicos (como una mutación que permitió el lenguaje, el pensamiento simbólico o una capacidad mental mejorada). Resumimos sus argumentos clave, evidencia, obras principales y señalamos críticas de otros académicos. Aunque sus ideas convergen en la noción de una “actualización” cognitiva repentina en el Paleolítico Superior, divergen en los detalles: desde qué cambió (lenguaje, memoria, cableado cerebral) hasta cuándo y cómo cambió.

Richard G. Klein – Mutación Neural y el “Big Bang” del Comportamiento#

Antecedentes: Richard Klein es un paleoantropólogo (Universidad de Stanford) que defendió la idea de una revolución cognitiva tardía impulsada genéticamente. En obras como The Dawn of Human Culture (2002) y numerosos artículos, Klein argumenta que los humanos anatómicamente modernos existieron hace ~200,000 años, pero los humanos conductualmente modernos aparecen solo hace ~50,000 años en el registro arqueológico. Atribuye esto a un cambio biológico – “una mutación genética afortunada” – que reconfiguró el cerebro hace unos 45–50 mil años, otorgando la capacidad para un lenguaje completamente moderno y pensamiento simbólico.

Argumento Clave: La hipótesis de Klein (a veces llamada el “Gran Salto Adelante”) postula que una sola mutación genética provocó un aumento repentino en la “calidad” del cerebro, no en su tamaño. Esta reorganización neural pudo haber dotado a los primeros Homo sapiens con la base neurológica para la sintaxis y el lenguaje complejo, lo que a su vez permitió el pensamiento abstracto e imaginativo. En la visión de Klein, este salto cognitivo permitió a los humanos “concebir, crear y comunicarse en símbolos”, cambiando fundamentalmente el comportamiento. Señala que los neandertales y los primeros humanos modernos antes de los 50 mil años no exhibían regularmente estos comportamientos, a pesar de tener cerebros de tamaño similar.

Evidencia Utilizada: El marcado contraste en el registro arqueológico antes y después de ~50 mil años es central para el caso de Klein. Antes de los 50 mil años, los artefactos eran relativamente básicos; después de los 50 mil años, vemos un estallido de creatividad e innovación a menudo llamado el “big bang” cultural de la humanidad. Por ejemplo, comenzando alrededor de 45–40 mil años atrás encontramos fantásticas pinturas rupestres, figurillas talladas, entierros elaborados con ajuares funerarios, ornamentos personales, herramientas de pesca sofisticadas y chozas estructuradas, todos indicadores de comportamiento moderno. Tales hallazgos son extremadamente escasos o ausentes en períodos anteriores. Klein argumenta que esta “floración repentina” de ingenio se explica mejor por un cambio biológico que permitió el lenguaje moderno y el razonamiento simbólico. También busca apoyo en la genética: Klein señaló el descubrimiento del gen FOXP2 (implicado en el habla), que sufrió cambios en la línea humana, como una posible pieza del rompecabezas. A principios de la década de 2000, un estudio fechó la mutación clave del FOXP2 humano en aproximadamente 100,000 años atrás. Klein señaló esto como evidencia de que “los cambios cognitivos impulsados genéticamente” continuaron mucho después de que nuestro cerebro alcanzara un tamaño anatómicamente moderno. Predijo que los “últimos cambios cognitivos importantes” en nuestro genoma datarían de hace ~50 mil años. En entrevistas, razonó que si los genes que sustentan la cognición moderna (como los del lenguaje) pueden identificarse y fecharse, podrían agruparse alrededor de ese período. En resumen, Klein combina datos arqueológicos (un estallido tardío de artefactos simbólicos) con pistas genéticas para apoyar un modelo impulsado por mutaciones.

Obras Principales y Apariciones: El libro de texto definitivo de Klein, The Human Career (1989, 3ra ed. 2009) y el libro popular The Dawn of Human Culture (2002, coautor con Blake Edgar) presentan la evidencia. También presentó su teoría en artículos como “Archaeology and the Evolution of Human Behavior” (Evolutionary Anthropology, 2000) y una perspectiva de Science en 2002. Klein ha hablado sobre esta hipótesis en varios medios; por ejemplo, Stanford Magazine lo apodó “Mr. Great Leap” en un perfil de 2002 titulado “Suddenly Smarter”, donde Klein explica el escenario del salto neurológico.

Influencia Académica: A principios de la década de 2000, la idea de Klein provocó un debate vigoroso y se convirtió en un punto de referencia para las discusiones sobre la “modernidad conductual”. Muchos investigadores aceptaron que algo dramático sucedió alrededor de los 50 mil años (a menudo llamándolo la “Revolución del Paleolítico Superior”), aunque no todos estuvieron de acuerdo en que fuera genético. La insistencia de Klein en un desencadenante biológico fue y es provocativa en un campo donde las explicaciones basadas en la cultura son comunes. Su marco agudizó el enfoque en por qué los humanos anatómicamente modernos tardaron tanto en exhibir comportamientos modernos.

Críticas y Respuestas: El modelo de Klein ha enfrentado un rechazo significativo de arqueólogos que favorecen una visión gradualista. Notablemente, Sally McBrearty y Alison Brooks (2000) argumentaron “La revolución que no fue”, afirmando que el conjunto de comportamientos modernos se acumuló lentamente en África entre ~250 mil–50 mil años atrás, en lugar de repentinamente en Europa a los 50 mil. Ellas y otros han descubierto destellos anteriores de comportamiento moderno: por ejemplo, piezas de ocre grabadas de 77,000 años de antigüedad de la Cueva Blombos, Sudáfrica (con diseños entrecruzados que sugieren intención simbólica), y arpones de hueso finamente trabajados de 90,000 años de antigüedad del Congo. Estos hallazgos implican arte y herramientas complejas antes de los 50 mil años. McBrearty señala tal evidencia de pensamiento simbólico para argumentar que los humanos “presumían del mismo equipo mental que tenemos hoy” mucho antes de la supuesta revolución. En esta visión, el auge del Paleolítico Superior ocurrió como una culminación de innovaciones graduales, quizás impulsadas por cambios demográficos o ambientales, en lugar de una mutación. Klein ha respondido que estos primeros artefactos “proto-modernos” son extremadamente raros y a menudo discutidos en cuanto a su datación. Famosamente bromeó que uno podría explicarlos como “obras maestras aisladas, quizás el trabajo de un ocasional premoderno Leonardo”, mientras que la mayor parte de la evidencia apunta a un cambio dramático alrededor de los 50 mil años. Otra crítica es que la dependencia de Klein en una sola mutación es difícil de verificar; como él mismo admitió, “los fósiles no registran detalles de la estructura cerebral ni nos dicen cuándo comenzó el habla”, lo que hace que la hipótesis sea difícil de probar o falsificar directamente. Además, investigaciones genéticas posteriores mostraron que los neandertales ya poseían la variante humana del FOXP2, lo que significa que ese cambio genético particular no fue una innovación repentina de los 50 mil años (aunque podrían haber ocurrido otros cambios genéticos). Las explicaciones demográficas y sociales también son populares entre los académicos que aceptan un cambio rápido en el Paleolítico Superior pero lo atribuyen al crecimiento poblacional, la migración o la cultura (por ejemplo, la competencia entre grupos o el conocimiento acumulativo alcanzando un umbral) en lugar de una mutación neurológica. Klein reconoce tales escenarios como posibles, pero los encuentra menos convincentes sin una explicación de por qué entrarían en juego en ese momento específico. Mantiene que un desencadenante genético “parece mucho más plausible y explica más que las alternativas”.

En resumen, Richard Klein sigue siendo una voz prominente a favor de una revolución cognitiva impulsada biológicamente. Reunió patrones arqueológicos y pistas genéticas para argumentar que algo en nuestros cerebros cambió hace aproximadamente 50,000 años, “encendiendo” efectivamente todo el espectro del comportamiento humano moderno. Incluso aquellos que no están de acuerdo le dan crédito a Klein por enmarcar el problema de una manera comprobable y por vigorizar la búsqueda de los orígenes de nuestras mentes simbólicas.

Noam Chomsky (y Colegas) – Una Sola Mutación para la Sintaxis#

Antecedentes: Noam Chomsky, un lingüista del MIT, no es arqueólogo, pero sus teorías sobre la evolución del lenguaje se vinculan directamente con la idea de un salto cognitivo repentino. Chomsky, junto con colegas como Marc Hauser, Tecumseh Fitch, y más recientemente Robert Berwick y Johan Bolhuis, ha argumentado que la capacidad crucial que distingue la cognición humana es el lenguaje, específicamente nuestra capacidad para producir sintaxis recursiva y jerárquica. Famosamente propuso que la facultad del lenguaje, en particular, la operación computacional que llama “Merge” (que construye oraciones infinitas a partir de elementos finitos), surgió en los humanos a través de una sola mutación genética en uno (o unos pocos) individuos. Se dice que esta mutación ocurrió en algún momento en los últimos 100,000 años, quizás alrededor de 70–80 mil años atrás, y se extendió por la especie, dando lugar a la aparición repentina del verdadero lenguaje. Esencialmente, la visión de Chomsky es una “revolución del lenguaje” impulsada biológicamente que luego sustenta la revolución conductual del Paleolítico Superior.

Argumento Clave: Chomsky y sus colaboradores argumentan que “la facultad del lenguaje probablemente surgió bastante recientemente en términos evolutivos, hace unos 70,000–100,000 años, y no parece haber sufrido modificaciones desde entonces”. En otras palabras, el lenguaje moderno apareció abruptamente, en forma completa, y todos los lenguajes humanos hoy comparten una gramática universal subyacente que refleja este único origen. Según lo que Chomsky llama la “Tesis Minimalista Fuerte”, el núcleo del lenguaje es una operación recursiva simple pero poderosa (Merge). Si Merge nació de una mutación, sería un “instante” evolutivo: “la aparición del lenguaje fue esencialmente un evento genético único: ocurrió hace unos 80,000 años, dio lugar al lenguaje tal como lo conocemos, y no ha vuelto a suceder desde entonces”. Chomsky razona que las etapas intermedias de medio lenguaje no serían estables ni particularmente útiles, por lo que se requiere un salto cualitativo. A menudo da el ejemplo de que el lenguaje es un instrumento de pensamiento primero, no solo de comunicación: una mutación podría haber proporcionado un modo interno de computación (permitiendo imaginación ilimitada, planificación, etc.), que solo más tarde fue cooptado para la comunicación compleja. En resumen, su argumento es que algo así como una “chispa mental”, a veces metafóricamente comparada con un regalo de fuego de Prometeo, encendió la capacidad lingüística del cerebro de un solo golpe, permitiendo toda la floración cultural subsiguiente.

Evidencia Utilizada: A diferencia de los arqueólogos, la evidencia de Chomsky es en gran medida interna y teórica: la estructura del lenguaje en sí y la cognición comparativa. Señala que ningún otro animal tiene algo que se asemeje a la sintaxis humana; incluso nuestros parientes primates cercanos carecen de gramática recursiva y semántica generativa abierta. Esta discontinuidad le sugiere un paso evolutivo único en lugar de una acumulación gradual (famosamente, argumentó que no hay un “medio-merge” útil). También señala que, aunque los lenguajes difieren superficialmente, su marco gramatical profundo es universalmente humano, lo que indica un origen común o biología subyacente. Además, todos los humanos, ya sea en África, Europa o en otros lugares, parecen tener igual capacidad lingüística (no hay evidencia de que, por ejemplo, los primeros Homo sapiens tuvieran una forma más simple de lenguaje que luego “evolucionó”, incluso los lenguajes de los cazadores-recolectores más simples hoy son ricamente complejos). Esta estabilidad y universalidad del lenguaje se ve como consistente con una sola mutación fijada en la población. En términos de cronología, Chomsky a menudo se refiere a los arqueólogos que los artefactos simbólicos (como el arte, herramientas sofisticadas, etc.) se hicieron omnipresentes hace ~50 mil años, y asocia eso con el lenguaje. En un artículo de 2014 (Bolhuis, Tattersall, Chomsky, Berwick), escriben que la aparición del lenguaje y su estabilidad posterior correlaciona con la creatividad cognitiva repentina de nuestra especie. El colega de Chomsky, Robert Berwick, y él escribieron Why Only Us: Language and Evolution (2016), que elabora este escenario. Reconocen que es una “conjetura controvertida”, pero argumentan que se ajusta al hecho de que no vemos una evolución gradual de la gramática en el registro arqueológico o fósil: el lenguaje no deja fósiles, pero el comportamiento complejo sí, y eso aparece explosivamente.

Chomsky también a veces cita evidencia genética de manera general: por ejemplo, las diferencias genéticas relativamente pequeñas entre humanos y neandertales podrían incluir una que tenga efectos cognitivos desproporcionados (como afectar el cableado neural para la recursión). El gen FOXP2 inicialmente se pensó como un candidato, pero Chomsky señala que el lenguaje probablemente involucra muchos genes y FOXP2 por sí solo no es “el gen de la gramática” (especialmente porque los neandertales lo tenían). En cambio, se enfoca en la posibilidad abstracta de una mutación importante en la arquitectura reguladora del cerebro. Apoyando esto, hace referencia a argumentos de genética de poblaciones que una mutación beneficiosa en una población pequeña podría extenderse en <20,000 años, lo cual es plausible en la ventana de tiempo que sugiere. Sin embargo, la evidencia directa de la mutación (por ejemplo, un gen específico) sigue sin identificarse.

Obras Principales y Declaraciones: Una publicación emblemática fue “The Faculty of Language: What Is It, Who Has It, and How Did It Evolve?” (Hauser, Chomsky, Fitch, Science 2002), que postuló que la única parte exclusivamente humana del lenguaje (FLN, o Facultad del Lenguaje–Estrecha) podría ser la recursión (Merge), y especuló que podría haber surgido repentinamente en los últimos 100,000 años. Más tarde, Chomsky & Berwick’s Why Only Us (2016) defiende explícitamente el modelo de mutación única (con la colorida analogía de Prometeo). En entrevistas y ensayos, Chomsky ha descrito repetidamente la evolución del lenguaje como un problema difícil, esencialmente diciendo que el lenguaje moderno apareció y luego nunca cambió fundamentalmente. Colaboró con el paleoantropólogo Ian Tattersall en el ensayo de PLOS Biology de 2014, subrayando el apoyo interdisciplinario para una aparición reciente. Estas obras son muy citadas en discusiones de biolingüística.

Influencia Académica: Las ideas de Chomsky han sido enormemente influyentes en la lingüística durante décadas (aunque el enfoque fue más en la sintaxis que en la evolución hasta la década de 2000). Su postura evolutiva ha rechazado escenarios puramente adaptativos graduales y ha popularizado el concepto de un “órgano del lenguaje” que aparece en un abrir y cerrar de ojos evolutivo. En la ciencia cognitiva, esto ha provocado lo que algunos llaman el campamento “saltacionista” para los orígenes del lenguaje. Incluso aquellos que no están de acuerdo a menudo enmarcan sus artículos en respuesta a las proposiciones de Chomsky.

Críticas y Respuestas: El modelo de lenguaje repentino de Chomsky es una de las hipótesis más debatidas en la ciencia evolutiva. Muchos expertos lo encuentran demasiado extremo o insuficientemente respaldado. Las críticas clave incluyen: • Improbabilidad de una Sola Mutación: Los biólogos evolutivos argumentan que es muy poco probable que un solo cambio genético produzca algo tan complejo como el lenguaje. Estudios computacionales recientes han desafiado la genética de poblaciones del reclamo de Chomsky. Por ejemplo, un análisis de 2020 por Martins et al. examinó la probabilidad de que una sola mutación (con una gran ventaja de aptitud) se extienda en una pequeña población humana. Concluyeron que “aunque una macro-mutation es mucho más probable que se fije si ocurre, es mucho más improbable a priori que múltiples mutaciones con efectos de aptitud más pequeños”. De hecho, “el escenario más probable es uno donde se acumulan un número medio de mutaciones con efectos de aptitud medios”. Sus resultados “ponen en duda cualquier sugerencia de que el razonamiento evolutivo proporciona una justificación independiente para una teoría de un solo mutante del lenguaje”. En términos sencillos, una mutación “big bang” única es estadísticamente mucho menos probable que una serie de ajustes adaptativos más pequeños. Esto rebate directamente la noción de que solo fue necesario un cambio genético. • Intermedios y Exaptación: Críticos como Steven Pinker y Ray Jackendoff (en un artículo de 2005) argumentan que el lenguaje podría haber evolucionado gradualmente para la comunicación, y que el enfoque de Chomsky en la recursión ignora los muchos pasos intermedios (por ejemplo, palabras, protosintaxis, comunicación pragmática) que habrían sido ventajosos. Señalan que incluso si Merge apareció repentinamente, las palabras y conceptos (los bloques de construcción sobre los que opera Merge) necesitaban un camino. Como Michael Studdert-Kennedy señaló, el modelo de Chomsky “no ofrece ninguna explicación sobre el origen de las palabras”, esencialmente etiquetando ese origen como un “misterio”. El trabajo de Bickerton (ver más abajo) y otros proporcionan escenarios para la evolución léxica gradual, que el enfoque de Chomsky pasa por alto. • Contexto Social y Cultural: Muchos lingüistas y antropólogos creen que la evolución del lenguaje fue impulsada por necesidades de comunicación social, no solo por computación interna. Critican el desdén de Chomsky por la comunicación. La historia de la mutación única ha sido llamada “demasiado mítica”, una especie de mutación milagrosa sin una causa ecológica clara. Los pragmáticos evolutivos preguntan: ¿por qué un cerebro evolucionaría repentinamente una sintaxis compleja si no fuera afinado gradualmente por presiones de comunicación? Prefieren escenarios donde la creciente complejidad social, el uso de herramientas o actividades simbólicas proporcionaron gradientes selectivos para mejorar el lenguaje con el tiempo. La visión de Chomsky, como algunos dicen, es “ciega al contexto social”. • Evidencia de la Arqueología y Otros Humanos: Arqueológicamente, el lenguaje completamente moderno es difícil de detectar, pero si el lenguaje realmente estuviera ausente antes de los 80 mil años, uno podría esperar comportamientos más limitados mucho antes. Los gradualistas señalan evidencia de comunicación estructurada entre neandertales o Homo anteriores (por ejemplo, posibles prácticas simbólicas neandertales o el uso temprano de ocre rojo y ornamentos personales por Homo sapiens >100 mil años atrás en África). Estos sugieren que los precursores del lenguaje (comunicación simbólica) se estaban acumulando. Además, los neandertales tenían tamaños cerebrales iguales a los nuestros y probablemente algunas habilidades vocales; muchos investigadores piensan que los neandertales tenían alguna forma de lenguaje (aunque quizás menos complejo). Si es así, el lenguaje de nuestra línea podría tener raíces más profundas, socavando una mutación única tardía solo en H. sapiens. El campamento de Chomsky típicamente responde que incluso si los neandertales tenían un lenguaje rudimentario, el lenguaje moderno generativo completo aún podría haber sido una innovación única en nuestra línea. Esto sigue sin resolverse, ya que las interpretaciones de los hallazgos neandertales (como las marcas en cuevas de 60 mil años en España, o joyas hechas de garras de águila) son controvertidas: algunos las ven como evidencia de simbolismo neandertal (por lo tanto, mentes listas para el lenguaje), mientras que otros las atribuyen al contacto con humanos modernos o inteligencia no lingüística.

En resumen, la revolución biológicamente impulsada de Chomsky se centra en la aparición de la facultad del lenguaje como el desencadenante de la singularidad humana. Es un claro ejemplo de una causa interna repentina para el salto cognitivo del Paleolítico Superior. Aunque altamente influyente y alineada con la marcada discontinuidad entre la cognición humana y animal, sigue siendo muy debatida. La mayoría de los académicos hoy en día se inclinan hacia modelos más complejos y graduales para el lenguaje, pero la teoría de Chomsky continúa provocando investigaciones, incluidos estudios genéticos (tratando de encontrar mutaciones relevantes) y diálogos interdisciplinarios, manteniendo la idea de un “big bang” lingüístico muy viva en el discurso científico.

Derek Bickerton – Del Protolenguaje al Lenguaje: Una Saltación Cognitiva#

Antecedentes: Derek Bickerton fue un lingüista (Universidad de Hawái) conocido por su trabajo sobre lenguajes criollos y la evolución del lenguaje. Al igual que Chomsky, Bickerton veía el lenguaje como clave para la singularidad cognitiva humana, pero su enfoque difería: enfatizaba una evolución en dos etapas: un “protolenguaje” anterior (sistema de comunicación simple, sin gramática) seguido de un salto posterior a la sintaxis completa. Bickerton argumentó que el verdadero lenguaje (con sintaxis y recursión) no surgió gradualmente, sino más bien “catastróficamente”, esencialmente un evento de avance en la evolución de nuestra especie. Esta idea fue central en sus libros Language and Species (1990) y Language and Human Behavior (1995), y la revisó en obras posteriores como Adam’s Tongue (2009) y More Than Nature Needs (2014).

Argumento Clave: Bickerton postuló que antes de los Homo sapiens completamente modernos, los homínidos (incluyendo quizás a los neandertales o sapiens tempranos) se comunicaban con un protolenguaje, una cadena de palabras sin gramática compleja, algo así como cómo se comunican los niños pequeños o los hablantes de pidgin (por ejemplo, estilo “yo Tarzán, tú Jane”). Luego, en algún momento con Homo sapiens sapiens, hubo una transición evolutiva al lenguaje sintáctico. Describe esta transición en términos dramáticos: “…el verdadero lenguaje, a través de la aparición de la sintaxis, fue un evento catastrófico, que ocurrió dentro de las primeras generaciones de Homo sapiens sapiens”. En este contexto, “catastrófico” significa repentino y cualitativo, no desastroso, un cambio abrupto similar a una especiación en la cognición. Bickerton imaginó que una vez que el cerebro alcanzó un cierto umbral de complejidad, o quizás debido a un cambio genético, la sintaxis podría aparecer casi de la noche a la mañana porque los usuarios de protolenguaje se beneficiarían instantáneamente de estructurar sus enunciados. Esto explicaría por qué no vemos gramática a medio formar durante largos períodos: en cambio, un salto al lenguaje estructurado ofrece una ventaja inmediata, extendiéndose rápidamente o estableciéndose en la población.

En la cronología de Bickerton, el protolenguaje podría haber existido durante cientos de miles de años (incluso especuló que Homo erectus tenía un protolenguaje para la comunicación básica). Pero el lenguaje moderno completo, y por lo tanto la explosión de la cultura, solo aparece con los humanos anatómicamente modernos. A menudo vinculó esto con la revolución del Paleolítico Superior: una vez que la sintaxis y el lenguaje complejo llegaron, se abrió la puerta para la mitología, la planificación avanzada y la innovación, lo que se alinea con el registro arqueológico de creatividad hace unos 50 mil años.

Evidencia y Razonamiento: Bickerton extrajo evidencia de varias áreas: • Criollos y Lenguaje Infantil: Una de las observaciones influyentes de Bickerton fue que los lenguajes criollos (formados por los hijos de hablantes de pidgin) desarrollan espontáneamente complejidad gramatical en una generación. Vio esto como un análogo moderno de lo que podría haber sucedido en la evolución: el cerebro estaba listo para la sintaxis, y tan pronto como las condiciones lo permitieron (por ejemplo, una necesidad de comunicar proposiciones más complejas), el lenguaje “floreció”. De manera similar, los niños pasan de un habla telegráfica de dos palabras a oraciones completas en un salto de desarrollo, quizás recapitulando la evolución. Estos fenómenos lingüísticos sugirieron a Bickerton que la gramática es una habilidad emergente que aparece relativamente rápido dado el sustrato cognitivo adecuado, no algo que necesita eones de mejora gradual. • Correlatos Arqueológicos: Bickerton señaló la concordancia entre la aparición del lenguaje y el aumento de artefactos simbólicos. Aunque estaba menos enfocado en artefactos específicos que alguien como Klein, estuvo de acuerdo en que la revolución cultural del Paleolítico Superior probablemente indica cuándo el lenguaje (especialmente la sintaxis) finalmente se estableció. En su libro de 2014, discute cómo los artefactos simbólicos (arte, ornamentación) se vuelven generalizados alrededor del tiempo que él cree que el lenguaje se afianzó, reforzando la conexión. En una discusión en el New York Review of Books, los partidarios de Bickerton señalaron que su escenario sitúa la aparición del lenguaje en un contexto ecológico plausible, “un contexto social evolutivamente plausible”.

• Escenario Ecológico/Social: A diferencia de la historia de la mutación cerebral de Chomsky, Bickerton ofreció una explicación de por qué evolucionaría el lenguaje. Propuso lo que llamó la “hipótesis del desierto” o, de manera más vívida, el “escenario de carroñeo confrontacional”. Imaginó que los primeros humanos (quizás Homo erectus) en África necesitaban cooperar para carroñear grandes cadáveres custodiados por depredadores. En tal escenario, un explorador que encontrara un animal muerto tendría que convocar a otros para ayudar, lo cual requiere comunicar sobre cosas no inmediatamente presentes (desplazamiento). Se podrían haber usado gestos o llamadas primitivas para transmitir “ven a ayudar, hay comida detrás de la colina”. Durante muchos milenios de selección natural, tales llamadas podrían volverse más diferenciadas, esencialmente palabras para conceptos clave (comida, ubicaciones, acciones). Bickerton sugiere que hace entre 200,000 y 100,000 años, estas proto-palabras se habían acumulado en un protolenguaje utilizado por los primeros Homo sapiens. Pero este protolenguaje carecía de estructura compleja. El gran salto, en su opinión, fue cuando los humanos comenzaron a combinar estos símbolos con sintaxis, permitiendo una variedad infinita de expresiones (y por lo tanto una comunicación y pensamiento más efectivos).

• Pre-adaptación Cognitiva: Bickerton argumentó que el circuito cerebral para el lenguaje pudo haber estado evolucionando gradualmente (por ejemplo, mejoras en la memoria, control vocal, teoría de la mente), pero la sintaxis solo se activó cuando todo estuvo en su lugar, similar a un efecto umbral. Por eso lo ve como abrupto: todas las piezas (palabras, cognición) podrían ensamblarse y de repente dar lugar a una nueva funcionalidad (gramática) que no estaba presente antes. A veces usaba la analogía de una propiedad emergente: puedes tener todos los ingredientes, pero solo cuando se combinan correctamente se “enciende la llama”.

Obras Principales: El trabajo temprano de Bickerton, Language and Species (1990), expuso el concepto de protolenguaje. En Language and Human Behavior (1995) reiteró que la sintaxis apareció rápidamente (la cita sobre “evento catastrófico” es de este período). Más tarde, Adam’s Tongue (2009) y More Than Nature Needs (2014) revisitaron estas ideas con evidencia actualizada. En entrevistas, Bickerton era conocido por declaraciones audaces (por ejemplo, llamando al protolenguaje un “medio lenguaje” y al lenguaje completo un “salto cuántico”). También participó en debates; por ejemplo, se le menciona en el trabajo de Chomsky & Berwick como uno de los pocos que abordó el problema del “origen de las palabras”, con Chomsky en realidad no estando en desacuerdo en que las palabras probablemente precedieron a la sintaxis. Las hipótesis de Bickerton han sido presentadas en documentales y ciencia popular también, ya que ofrecen una narrativa de cómo nuestros ancestros podrían haber hablado por primera vez.

Críticas y Recepción: La teoría del protolenguaje de Bickerton ha sido tanto influyente como controvertida: • Apoyo y Convergencia: Muchos investigadores encuentran útil la idea de protolenguaje. Puentea la brecha entre la comunicación animal y el lenguaje completo, y está respaldada por evidencia de pidgins/criollos y desarrollo infantil. De hecho, la noción de que los primeros Homo sapiens o incluso los neandertales tenían una forma más simple de lenguaje (sin recursión o con sintaxis limitada) es considerada plausible por varios lingüistas y antropólogos. Su énfasis en las palabras primero, la sintaxis después, ha influido en modelos como los del lingüista Michael Arbib y otros que hablan de etapas de “proto-signo” o “proto-habla”. Incluso los críticos de Chomsky a veces citan a Bickerton como ofreciendo un escenario alternativo más fundamentado. • Desafíos a un Salto Repentino de Sintaxis: La mayor crítica es similar a la que enfrenta Chomsky: ¿cuán repentina y cuán singular deberíamos imaginar la aparición de la sintaxis? Algunos argumentan que la sintaxis compleja podría haber evolucionado en pasos, no todo-o-nada. Por ejemplo, el lingüista Simon Kirby y otros que usan modelos computacionales han mostrado cómo la estructura recursiva puede evolucionar gradualmente a través de la transmisión cultural. Además, ciertos sistemas de comunicación no humanos (como los pájaros cantores o las ballenas) exhiben estructura jerárquica hasta cierto punto, sugiriendo que la recursión no es un absoluto binario (aunque estas analogías son debatidas). Los críticos preguntan: ¿podrían los neandertales realmente haber tenido cero sintaxis? Si los neandertales u otros contemporáneos tenían algún nivel de gramática, entonces la sintaxis podría preceder a Homo sapiens sapiens, socavando la idea de que fue única para un evento repentino en nuestra línea. Bickerton tendía a enfatizar que solo los humanos modernos tienen un lenguaje verdaderamente generativo, pero la evidencia de similitud genética neandertal (FOXP2, estructuras cerebrales) dejó espacio para la duda. • Falsabilidad Empírica: Es difícil encontrar evidencia directa a favor o en contra de una “mutación de sintaxis”. Los artefactos arqueológicos no registran directamente la gramática. Sin embargo, se podría argumentar que la riqueza de artefactos simbólicos después de 50,000 implica un lenguaje complejo (ya que cosas como historias narrativas o planificación avanzada de herramientas se benefician de la sintaxis), mientras que la escasez antes sugiere una comunicación más simple. Los gradualistas replican que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia: el registro africano es fragmentario, y nuevos descubrimientos (como el ocre de Blombos, mencionado anteriormente) muestran simbolismo anterior que podría indicar alguna forma de lenguaje ya en uso. • Teorías Alternativas para la Emergencia del Lenguaje: Algunos académicos, como el antropólogo Terrence Deacon (The Symbolic Species, 1997), proponen un modelo co-evolutivo: que el cerebro y el lenguaje evolucionaron de la mano gradualmente. Otros como Michael Tomasello se centran en la evolución gradual de la cognición social y no ven la necesidad de un solo salto. El escenario de Bickerton compite con estos en poder explicativo. Los defensores del cambio incremental a menudo señalan que otros aspectos del lenguaje (fonología, morfología) tienen matices evolutivos que una historia de evento único pasa por alto.

En el discurso académico, el nombre de Bickerton a menudo aparece junto al de Chomsky en que ambos argumentan por un salto cualitativo (aunque Bickerton estaba más dispuesto a incorporar impulsores sociales). Una dinámica interesante: el libro de Chomsky de 2016 omite en gran medida cómo surgieron las palabras, mientras que Bickerton trabajó extensamente en eso, lo que llevó a algunos críticos a reprender a Chomsky por ignorar las contribuciones de Bickerton. Esto destaca que incluso dentro del campo de la “revolución repentina”, hay diferentes énfasis (cálculo interno vs. necesidades de comunicación ecológica).

Resumen: Derek Bickerton es una figura clave que argumenta que la biología nos dio una mejora repentina del protolenguaje al lenguaje completo, probablemente coincidiendo con la aparición de Homo sapiens sapiens. Sus ideas ayudaron a dar forma al concepto de una revolución lingüística que impulsó el florecimiento cultural del Paleolítico Superior. Aunque sigue siendo difícil probar exactamente cuán rápido emergió la sintaxis, Bickerton proporcionó una narrativa plausible y vívida que continúa influyendo en la investigación sobre los orígenes del lenguaje. Su trabajo sigue siendo citado en debates actuales sobre si la revolución cognitiva humana fue un evento abrupto vinculado al lenguaje (con académicos a menudo refiriéndose a la ventana de 50-100k años atrás como el período crítico para esta transición).

Ian Tattersall – Cerebro Exaptativo, “Liberación” Simbólica Repentina#

Antecedentes: Ian Tattersall es un paleoantropólogo (Museo Americano de Historia Natural) que ha escrito extensamente sobre los orígenes humanos (Becoming Human, 1998; Masters of the Planet, 2012, etc.). Aboga por una visión que combina la evolución anatómica con una posterior revolución cognitiva. Tattersall argumenta que cuando Homo sapiens evolucionó por primera vez (hace unos 200,000 años en África), un potencial neurológico para la cognición moderna fue parte de ese evento de especiación, pero no se realizó en comportamiento hasta decenas de miles de años después. En su modelo, la aparición del pensamiento simbólico se retrasó, requiriendo un desencadenante cultural (probablemente el lenguaje) para liberarlo. A menudo utiliza el término “exaptación”: la idea de que un rasgo evolucionó quizás por otras razones, y solo más tarde fue cooptado para su uso actual (en este caso, un cerebro capaz de razonamiento simbólico que no fue utilizado hasta que las circunstancias lo permitieron).

Argumento Clave: Los puntos clave de Tattersall son: • Modernidad Anatómica vs. Cognitiva: Homo sapiens se volvió anatómicamente distinto (con nuestra forma característica del cráneo, etc.) hace ~200k años, a través de una “reorganización del desarrollo significativa” que presumiblemente afectó el cerebro también. Es “razonable suponer que los fundamentos neuronales del pensamiento simbólico se adquirieron en esta reorganización”. En otras palabras, el hardware para la cognición moderna probablemente vino empaquetado con nuestra evolución física. Sin embargo, el registro arqueológico muestra una larga brecha: los primeros humanos anatómicamente modernos (AMH) no se comportaron de maneras que reconoceríamos como “modernas” durante más de 100,000 años. Los primeros AMH salieron de África hace ~100k años (hacia el Medio Oriente) y mostraron herramientas del Paleolítico Medio en general similares y sin artefactos simbólicos claros, muy parecidos a los neandertales. Solo hace ~50k años (y especialmente cuando los AMH se expandieron a Europa hace ~45k años) vemos abundante evidencia de comportamiento simbólico. Por lo tanto, Tattersall sugiere que el “potencial biológico para el pensamiento simbólico” existía antes pero estaba latente. Lo llama una capacidad exaptativa que “tuvo que esperar su ‘descubrimiento’ y liberación a través de un estímulo cultural”. • El Lenguaje como Catalizador: El estímulo más probable, en opinión de Tattersall, fue la invención del lenguaje (lenguaje aquí significa un sistema de comunicación completamente simbólico, no solo vocalizaciones). Quizás el lenguaje fue una innovación cultural (un desarrollo impulsado socialmente) que desbloqueó el potencial latente del cerebro humano para pensar simbólicamente. Una vez que el pensamiento simbólico fue “activado”, se extendió como un reguero de pólvora, llevando a los rápidos cambios culturales que identificamos como la revolución del Paleolítico Superior. A menudo lo expresa como “la capacidad estaba allí, pero necesitaba un desencadenante”. Esto da una perspectiva matizada: el cambio genético/biológico (cualquier reorganización cerebral que otorgó capacidad) podría haber ocurrido con el origen de H. sapiens (~200k), pero la manifestación (personas haciendo cosas simbólicas) fue repentina y reciente (~50k) cuando surgió el lenguaje. En términos prácticos, sigue siendo una revolución cognitiva en el Paleolítico Superior, pero el fundamento se estableció antes. • Unicidad Cualitativa del Pensamiento Simbólico: Tattersall enfatiza cuán radicalmente diferente es nuestro razonamiento simbólico de cualquier cosa vista antes. Los humanos “recrean” el mundo en nuestras cabezas con representaciones simbólicas e imaginan posibilidades ("¿qué pasaría si?" escenarios). Afirma que “hasta donde es posible determinar, ninguna otra criatura hace eso o lo ha hecho jamás”. Esta unicidad le sugiere un tipo de fenómeno emergente en lugar de solo el pico de una pendiente gradual. Subraya que el estilo cognitivo humano moderno es “emergente más que el producto de un proceso incremental de refinamiento”. Hay una discontinuidad, un tema común a todos estos defensores de la revolución.

Evidencia: La evidencia de Tattersall es una mezcla de fósiles, arqueología y lógica del desarrollo: • Registro Fósil: En el lado físico, Tattersall señala que nuestra morfología esquelética (especialmente la forma del cráneo que indica organización cerebral) es distintivamente diferente de los humanos anteriores. Fósiles como Omo (195k años) y Herto (160k años) en Etiopía muestran que los primeros H. sapiens tenían cerebros grandes y algunos rasgos modernos, pero posiblemente no características de cráneo completamente modernas. Hace ~100k años, varios especímenes africanos (y más tarde como Skhul/Qafzeh en Israel ~120–90k años) son esencialmente modernos anatómicamente. Sin embargo, estas personas usaban herramientas del Paleolítico Medio similares a los neandertales y no dejaron arte conocido. Esta disparidad entre modernidad anatómica y arcaísmo conductual es una piedra angular del argumento de Tattersall: “los primeros miembros anatómicamente reconocibles de la especie precedieron sustancialmente a sus primeros miembros que se comportaron de manera demostrablemente simbólica”. También señala que los neandertales, a pesar de tener cerebros grandes, nunca (o muy raramente) lograron expresión simbólica, los etiqueta como “casi seguramente neandertales no simbólicos” para contrastar con los humanos modernos que llegaban. El registro europeo es instructivo: cuando los humanos modernos llegan ~45k años, “sus capacidades simbólicas [estaban] completamente formadas. No vemos ningún proceso de transformación en los registros arqueológicos o paleontológicos”. La cultura material asociada con los neandertales (Musteriense) es reemplazada abruptamente por la de los modernos entrantes (Auriñaciense), con casi ninguna forma transicional aparte de algunos casos debatidos. Este reemplazo abrupto implica que los modernos ya tenían una ventaja cognitiva (pensamiento simbólico, lenguaje) antes de llegar a Europa. • Registro Arqueológico: Tattersall destaca sitios africanos donde aparecen indicios de comportamiento simbólico antes de 50k, pero esporádicamente. Por ejemplo, la Cueva de Blombos (~77k años) con piezas de ocre incisas se reconoce como una “insinuación” de pensamiento simbólico. Sin embargo, tales hallazgos son raros y específicos del contexto. Sugiere que aunque la capacidad estaba presente, no era generalizada ni se usaba consistentemente. Solo más tarde (50k en adelante) vemos proliferar artefactos simbólicos inequívocos (arte rupestre, tallas figurativas, entierros rituales complejos, etc.). Interpreta este patrón como evidencia de que se cruzó un umbral culturalmente. En sus escritos, a menudo se refiere a cómo después de la revolución cognitiva, los humanos se convirtieron en “innovadores” de una manera nunca vista antes, eventualmente llevando a cosas como la agricultura (incluso hace una analogía de la revolución cognitiva con la revolución neolítica como dos cambios recientes importantes). • Perspectiva de la Ciencia Cognitiva: Tattersall se basa en lo que sabemos de la evolución cognitiva para argumentar que el pensamiento simbólico no se fosiliza, pero su presencia puede inferirse a partir de artefactos simbólicos. También señala que los comportamientos avanzados requieren más que solo inteligencia; requieren un tipo de pensamiento cualitativamente diferente. Por ejemplo, muchos animales son inteligentes y pueden usar herramientas o resolver problemas (incluso los neandertales lograron “hazañas formidables” sin símbolos evidentes), pero combinar y recombinar símbolos para imaginar posibilidades es exclusivamente humano. Esto sugiere un cambio de “software” sobre el “hardware”.

Obras Principales y Apariciones: Las ideas de Tattersall sobre esto se encuentran en sus libros y artículos como “An evolutionary framework for the acquisition of symbolic cognition by Homo sapiens” (2008) y un artículo en Evolutionary Anthropology (2000) donde discute explícitamente cómo la cognición simbólica podría haber sido “activada” tarde. A menudo habla en eventos públicos (por ejemplo, charlas en museos, entrevistas) sobre la unicidad humana. En el artículo de PLOS Biology de 2014 (coautor con Chomsky et al.), apoyó la noción de una aparición reciente de la facultad del lenguaje, consistente con su visión de que el lenguaje fue clave. La reseña de Tattersall de Why Only Us (Berwick & Chomsky) en 2016 en realidad estuvo de acuerdo en que ningún escenario lingüístico actual se ajusta mejor a los hechos arqueológicos que la aparición repentina del lenguaje completo, un punto significativo de alineación entre Tattersall y Chomsky sobre el momento, si no el mecanismo exacto.

Críticas y Perspectivas Alternativas: La perspectiva de Tattersall es algo intermedia entre una estricta mutación en 50k (Klein) y una evolución puramente gradual. Ha obtenido tanto acuerdo como crítica: • Muchos arqueólogos que trabajan en África apoyan la idea de que el desarrollo del comportamiento moderno fue gradual y regionalmente variable (nuevamente citando cosas como el ocre de Blombos, cuentas de concha de 100k años en Es-Skhul en Israel o Blombos ~75k, etc.). Podrían argumentar que Tattersall subestima cuánto comportamiento simbólico o complejo se estaba acumulando lentamente. Por ejemplo, la evidencia del uso sistemático de pigmentos por humanos hace hasta 200k años, o los recientes hallazgos de Homo naledi posiblemente involucrándose en la disposición deliberada de cuerpos ~250k años, sugieren que el comportamiento similar al simbólico podría tener raíces más profundas. Tattersall probablemente respondería que incluso si los humanos anteriores realizaron actos simbólicos aislados, el pensamiento simbólico continuo y generalizado requería lenguaje y una cierta masa crítica cognitiva que no se alcanzó hasta más tarde. • El mayor desafío a la división cognitiva aguda de Tattersall es la creciente evidencia de que los neandertales tenían alguna capacidad simbólica. En los últimos años, descubrimientos como: estalagmitas pintadas en cuevas en España que datan de 64,000 BP (antes de que llegaran los humanos modernos) que sugieren autoría neandertal, joyería neandertal (por ejemplo, colgantes de garras de águila ~130k BP en Krapina), y su uso de pigmentos posiblemente para adornar conchas o cuerpos. Algunos investigadores como João Zilhão argumentan que esto muestra que los neandertales podrían inventar simbolismo independientemente, lo que significa que la cognición simbólica podría preceder al ancestro común de los neandertales y los humanos modernos (~500k años atrás) o surgir en paralelo, de cualquier manera, no una única mutación tardía en nuestra línea. El libro de Clive Finlayson The Smart Neanderthal (2019) desafía explícitamente la idea de una revolución cognitiva exclusiva de los humanos, sugiriendo que los neandertales estaban más cerca de nosotros en intelecto de lo que se asumía. Si los neandertales eran capaces de simbolismo, la noción de Tattersall de que H. sapiens tenía una capacidad exaptativa única desencadenada por la cultura debe ser reexaminada. Tattersall ha tendido a ser escéptico de estas afirmaciones, a menudo cuestionando el contexto o la interpretación de los hallazgos neandertales (por ejemplo, si algún arte podría haber sido hecho por modernos tempranos en su lugar, o si los pigmentos tenían significado simbólico o mero uso utilitario). El debate continúa, y nueva evidencia podría inclinarlo. • Otra discusión es qué causó que el lenguaje fuera inventado (si fue una innovación cultural) en ese momento. Tattersall no lo precisa exactamente, pero el aumento demográfico o la presión ambiental al final de la última Edad de Hielo podrían haber jugado un papel (una idea similar a algunas teorías de umbral demográfico). Solo enfatiza que cuando ocurrió la chispa (el lenguaje), transformó rápidamente la escena. Los críticos del lado gradualista podrían decir que esto todavía suena como un accidente afortunado: ¿por qué no antes? ¿Por qué solo nuestra línea? Esas son difíciles de responder definitivamente sin más evidencia.

En general, Tattersall proporciona una síntesis donde la biología y la cultura interactúan: la biología nos dio el cerebro capaz de pensamiento simbólico (a través de la innovación evolutiva que acompañó el origen de nuestra especie), y luego la cultura (el lenguaje) encendió la mecha hace ~50k años. Esta visión ha sido bastante influyente entre aquellos que ven la mente humana como algo especial pero reconocen que el registro fósil no muestra un rendimiento inmediato de nuestros grandes cerebros. También se alinea con ideas de plasticidad cerebral y umbrales: nuestro cerebro puede haber necesitado un cierto estímulo para reconfigurarse para la cognición simbólica (algunos neurocientíficos han especulado que una vez que el lenguaje comenzó, podría alterar fundamentalmente los patrones de pensamiento en un bucle de retroalimentación).

En resumen, el argumento de Tattersall de una revolución del Paleolítico Superior habilitada biológicamente pero desencadenada culturalmente destaca que tener la maquinaria no es suficiente hasta que se sabe cómo usarla. Cuando Homo sapiens comenzó a usarla (a través del lenguaje simbólico y la cultura), el resultado fue una explosión creativa sin precedentes, una que considera un evento evolutivo tan dramático como cualquier otro, pero intrigantemente reciente en la corta historia de nuestra especie.

Steven Mithen – Fluidez Cognitiva: El Gran Estallido de la Mente#

Antecedentes: Steven Mithen es un arqueólogo y profesor de prehistoria temprana (Universidad de Reading) que ha aplicado conceptos de ciencia cognitiva a los humanos antiguos. En su influyente libro The Prehistory of the Mind (1996), Mithen propuso que la mente humana moderna se define por la “fluidez cognitiva”: la capacidad de integrar conocimientos y procesos de pensamiento de diferentes dominios (por ejemplo, social, técnico, natural, lingüístico). Argumentó que este modo de cognición fluido y creativo solo emergió en Homo sapiens durante el Paleolítico Superior, representando un cambio revolucionario en la arquitectura mental. Antes de eso, Mithen sugirió, los homínidos (incluidos los neandertales) tenían mentes más modulares con “inteligencias” aisladas para diferentes tareas (un poco como una navaja suiza de herramientas separadas). La transición a la fluidez cognitiva permitió una innovación sin precedentes y arte simbólico. Las ideas de Mithen se alinean con un cambio impulsado biológicamente (en la organización o función cerebral) que se manifestó hace unos 50k años.

Argumento Clave: El modelo de Mithen a menudo se resume como una secuencia cognitiva evolutiva de tres etapas: 1. Los primeros homínidos (por ejemplo, australopitecos, Homo temprano) tenían una inteligencia general para la supervivencia pero limitada en alcance. 2. Los homínidos posteriores (neandertales, quizás Homo sapiens temprano) evolucionaron inteligencias especializadas: • Inteligencia social (para navegar en dinámicas grupales), • Inteligencia técnica/herramientas (para hacer y usar herramientas), • Inteligencia de historia natural (para entender animales, plantas, paisajes), • (Y en The Prehistory of the Mind, Mithen también discute el lenguaje como un módulo separado que pudo haber existido en forma rudimentaria). Estos dominios operaban de manera algo independiente: Mithen comparó esto con una mente compuesta de “hojas” separadas como una navaja suiza. Por ejemplo, los neandertales podrían haber sido socialmente hábiles y técnicamente competentes, pero no usarían espontáneamente el conocimiento de un dominio en otro (por ejemplo, hacían herramientas y tenían relaciones sociales pero no creaban arte que combinara ambos, o mitos sobre animales, etc.). 3. Los humanos modernos lograron fluidez cognitiva: las fronteras entre módulos se rompieron. Las ideas y la información podían fluir libremente entre diferentes dominios, llevando a la metáfora, la analogía y el pensamiento creativo. Esto significaba, por ejemplo, que un humano podría combinar su conocimiento técnico con el pensamiento social para crear artefactos simbólicos (como joyas que significan estatus social). O podrían aplicar el conocimiento de historia natural a su vida social (como en tótems o identidades de clanes basadas en animales), esencialmente el nacimiento de la cultura compleja. El lenguaje (particularmente con gramática) pudo haber sido tanto una causa como un beneficiario de esta fluidez, al proporcionar un medio para expresar pensamientos complejos integrados.

Mithen asocia el inicio de la fluidez cognitiva con la explosión cultural en el Paleolítico Superior. Sugiere que aunque los humanos anatómicamente modernos existieron antes, probablemente todavía tenían una mente algo compartimentada hasta que se alcanzó un punto de inflexión. Una vez que la fluidez cognitiva se activó (quizás debido a un cambio neurológico o al desarrollo final del lenguaje), resultó en un “gran estallido de la conciencia humana”. Por eso, alrededor de 40–50k años atrás, vemos una aparición repentina de arte (pinturas rupestres, figurillas), rituales elaborados, artefactos decorativos, rápida diversificación en tipos de herramientas, instrumentos musicales, etc. Todos estos son productos de una mente que puede mezclar dominios (el arte a menudo mezcla imágenes naturales con significado simbólico; las herramientas complejas pueden mezclar consideraciones funcionales y estéticas; los rituales mezclan estructura social con narración imaginativa).

Evidencia: Mithen se basa en gran medida en el registro arqueológico y en ideas de la psicología cognitiva: • Patrones Arqueológicos: El contraste marcado entre el comportamiento del Paleolítico Medio (incluidos los neandertales y los humanos modernos tempranos) y el Paleolítico Superior es un fundamento de su teoría. Los conjuntos de herramientas del Paleolítico Medio (por ejemplo, Musteriense) eran relativamente estáticos y funcionales; hay una falta notable de comercio de recursos a larga distancia, elementos simbólicos o innovación radical. Las culturas del Paleolítico Superior, por el contrario, muestran variación estilística regional, arte, ornamentos personales, nuevas categorías de herramientas y un cambio más rápido de innovaciones. Mithen interpreta esto como el resultado de un cambio cognitivo. Por ejemplo, los neandertales hicieron joyas (hay evidencia de que ocasionalmente lo hicieron, como colgantes simples o uso de pigmentos) pero es limitado, quizás imitativo o aislado, mientras que los humanos modernos europeos tempranos hicieron abundantes joyas, a menudo con estilos estandarizados e implicaciones simbólicas sociales. Mithen diría que los neandertales podrían producir un collar por su atractivo visual o curiosidad, pero no parecían depender culturalmente de los símbolos. Los humanos modernos, una vez cognitivamente fluidos, integraron la ornamentación en la vida social (identidad, afiliación grupal, estándares de belleza). Esta integración entre dominios (arte <-> sociedad <-> tecnología) es exactamente lo que predice la fluidez cognitiva. • Un ejemplo revelador que da Mithen: los neandertales tenían la capacidad técnica para hacer cuentas o esculturas (tenían herramientas para tallar marfil o hueso), y el mundo social que podría usar símbolos (vivían en grupos). Sin embargo, aparte de evidencia escasa, no producían rutinariamente artefactos simbólicos. “Solo los humanos modernos… hicieron el salto evolutivo para combinar estas habilidades” para producir arte que media relaciones sociales. Esto sugiere una barrera cognitiva que los humanos modernos superaron. También cita los primeros instrumentos musicales (~40k años de antigüedad flautas de hueso) como evidencia de un nuevo dominio (música) emergente, probablemente de combinar ritmo (tal vez de sonidos naturales o movimiento corporal) con artesanía intencional, otra señal de pensamiento fluido.

• Ciencia Cognitiva y Antropología: Mithen se apoyó en ideas de la psicología evolutiva, como el concepto de que la mente tiene módulos o procesadores específicos de dominio (una idea popularizada por Leda Cosmides y John Tooby, a la que hace referencia con la metáfora del “cuchillo suizo”). Sin embargo, se desvió al proponer que estos módulos pueden fusionarse. Utilizó la ontogenia (desarrollo infantil) como analogía: los niños inicialmente clasifican el mundo de maneras muy específicas de dominio (por ejemplo, animación vs. inanimación, conocimiento propio vs. ajeno) y solo más tarde desarrollan la capacidad de mezclar imaginación y razonamiento a través de dominios. De manera similar, pensó que el linaje humano podría recapitular esto, un concepto de “la ontogenia recapitula la filogenia” en el desarrollo cognitivo. Esto es especulativo, pero ofrece un marco.

• Evidencia Lingüística: En trabajos posteriores (y en The Singing Neanderthals, 2005), Mithen también consideró el papel del lenguaje y la música. Hipotetizó que los neandertales podrían haber tenido un protolenguaje musical (comunicación “hmmmmm” – holística, manipulativa, multimodal, musical, mimética), y que el lenguaje moderno evolucionó a partir de algo así. Esto se relaciona con la fluidez cognitiva al sugerir que el lenguaje inicialmente era su propio módulo, quizás comenzando con la comunicación musical o rítmica, y luego se convirtió en un conducto para conectar otros dominios de pensamiento cuando la sintaxis y la semántica se desarrollaron completamente. Así, el lenguaje es tanto un producto de la fluidez como una causa de ella (un poco de un ciclo de retroalimentación).

Principales Obras: The Prehistory of the Mind (1996) es la obra seminal que describe estas ideas; es ampliamente citada en discusiones sobre los orígenes del arte y la religión. The Singing Neanderthals (2005) amplía sobre la evolución de la música y el lenguaje, encajándolos en su modelo. Mithen también ha publicado numerosos artículos y participado en documentales sobre la evolución cognitiva humana. Sus conceptos de cognición específica de dominio vs. fluida han permeado el diálogo académico, incluso entre aquellos que no están de acuerdo con los detalles.

Recepción y Críticas: El modelo de fluidez cognitiva de Mithen fue innovador, pero no estuvo exento de críticas: • Debate sobre la Cognición Neandertal: Similar a la situación de Tattersall, la evidencia de que los neandertales y otros humanos arcaicos pueden haber tenido más creatividad cultural de lo asumido desafía la rigidez de la división de Mithen. João Zilhão (arqueólogo) y otros han argumentado fuertemente que la falta de abundante arte de los neandertales se debió a factores demográficos/culturales, no a una incapacidad para pensar de esa manera. Señalan los mismos hallazgos de joyería neandertal, uso de pigmentos, posibles grabados abstractos (como un posible rasguño tipo hashtag en la Cueva de Gorham por neandertales). La posición original de Mithen era que los neandertales no tenían fluidez cognitiva. Si eso es falso, y los neandertales tenían comportamiento simbólico, entonces la fluidez cognitiva podría haber comenzado antes o independientemente. Mithen reconoció la controversia aquí: señaló en notas al pie que la diferencia cognitiva entre neandertales y humanos modernos es muy debatida, insinuando que su fuerte contraste podría necesitar moderación. Algunos investigadores posteriores proponen que los neandertales tenían un grado de fluidez cognitiva, pero quizás no tan extendida o eficiente como los humanos modernos.

• ¿Cómo Evolucionó la Fluidez? Los críticos preguntan qué cambio biológico subyace a la “fluidez cognitiva”. El escenario de Mithen implica alguna reorganización neurológica o aumento de la conectividad en el cerebro humano moderno. Esto se asemeja a algunos cambios evolutivos reales: por ejemplo, se sabe que los humanos tienen más vías neuronales interconectadas (especialmente en la corteza prefrontal) que otros primates. Estudios de Changeux y otros notan un aumento del ~70% en posibles conexiones neuronales en la corteza frontal humana en comparación con los chimpancés. Tales cambios podrían facilitar la integración de información (esto se alinea con la idea de que la corteza prefrontal en humanos es un “superconector” entre regiones cerebrales). El modelo de Mithen encaja bien con tales datos, pero sigue siendo hipotético que un cambio genético repentino lo causó. ¿Podría haber sido incremental? Quizás la conectividad cerebral aumentó gradualmente durante el Pleistoceno Medio (con el aumento del tamaño cerebral) y eventualmente alcanzó un umbral que permitió el pensamiento fluido. Mithen no estaba seguro de cuándo surgió la arquitectura para la fluidez: admitió que es “incierto”; solo lo observamos arqueológicamente al comienzo del Paleolítico Superior. Por lo tanto, algunos argumentan que la fluidez podría haber estado desarrollándose a lo largo de la evolución del Homo, y lo que vemos hace 50 mil años es simplemente el punto en que se vuelve visible debido a cruzar un umbral en el tamaño de la población o acumulación cultural (un giro gradualista).

• Debates sobre la Modularidad: Los científicos cognitivos debaten cuán modular vs. integrada es realmente la mente. Mithen adoptó una visión relativamente fuerte de la modularidad para los humanos anteriores. Si esa premisa está equivocada, toda la narrativa cambia. Algunos proponen que incluso Homo erectus tenía más inteligencia general que módulos estrictos, lo que significa que la fluidez no fue un cambio singular sino una cuestión de grado. El uso de Mithen de la metáfora del “cuchillo suizo” vs. “mente fusionada” es un experimento mental; los cerebros reales podrían no funcionar exactamente de esa manera. Aun así, es un marco útil.

• Explicaciones Alternativas para la Innovación: La demografía y el entorno se han ofrecido como explicaciones alternas (o adicionales) para el estallido del Paleolítico Superior. Algunos investigadores (por ejemplo, Paul Mellars, 2005; incluso los colegas de Klein) sugirieron que el aumento de la densidad poblacional alrededor de 50 mil años podría haber llevado a más intercambio de ideas y, por lo tanto, más innovación (independientemente del cambio cognitivo). Si eso es cierto, la fluidez cognitiva podría haber existido antes, pero solo se expresó ricamente cuando las poblaciones crecieron. El modelo de Mithen no es mutuamente excluyente con esto: uno podría tener potencial cognitivo en gran medida inactivo hasta que la sociedad alcanzara una masa crítica para capitalizarlo (similar al concepto de disparador de Tattersall).

En círculos académicos, la idea de fluidez cognitiva de Mithen a menudo se ha discutido junto con las ideas de Wynn & Coolidge. De hecho, algunos han sugerido que la memoria de trabajo mejorada (la mutación de Wynn & Coolidge) podría ser la base neurológica que permitió la fluidez cognitiva. La memoria de trabajo podría permitir a uno mantener múltiples ideas específicas de dominio en mente y combinarlas, esencialmente alimentando el pensamiento fluido. El propio Mithen ha estado abierto a tales ideas complementarias.

Resumen: La contribución de Steven Mithen es el concepto de que la creatividad y la capacidad simbólica del ser humano moderno resultan de una mente recién integrada. Ve la revolución del Paleolítico Superior no solo como un fenómeno cultural, sino como evidencia de un cerebro que comenzó a “pensar fuera de la caja”, literalmente, fuera de las cajas mentales separadas que tenían nuestros predecesores. Esta flexibilidad cognitiva habilitada biológicamente es una forma de revolución en sí misma. El trabajo de Mithen sigue siendo ampliamente citado en discusiones sobre la aparición del arte, la religión y la ciencia, todos considerados productos de una mente cognitivamente fluida. Incluso aquellos que encuentran algunos detalles problemáticos están de acuerdo en que explicar la explosión creativa hace ~50 mil años probablemente requiere entender cambios cualitativos en cómo pensaban los humanos. La hipótesis de Mithen ofrece un marco convincente para esa comprensión.

Frederick L. Coolidge & Thomas G. Wynn – Memoria de Trabajo Mejorada como el Factor X#

Antecedentes: El psicólogo Frederick Coolidge y el arqueólogo Thomas Wynn (Universidad de Colorado) aportaron un enfoque neuropsicológico a la cuestión de la cognición humana moderna. A partir de mediados de la década de 2000, propusieron que una capacidad cognitiva específica, la memoria de trabajo (y sus funciones ejecutivas), se mejoró significativamente en los humanos modernos debido a un cambio genético, y que esta mejora sustentó la aparición repentina de comportamientos asociados con la modernidad. En esencia, en lugar de un “gen del lenguaje” o “integración de módulos”, señalaron la memoria y el control ejecutivo como el salto biológico crítico. Esto a menudo se llama la hipótesis de la Memoria de Trabajo Mejorada (EWM) para la revolución cognitiva.

Argumento Clave: La memoria de trabajo es la capacidad del cerebro para mantener y manipular información “en línea” por períodos cortos (a menudo comparada con un espacio de trabajo mental o una pizarra de la mente). Es crucial para la resolución de problemas complejos, la planificación, las tareas de múltiples pasos y también para estructurar el lenguaje (por ejemplo, seguir una oración larga). Coolidge y Wynn argumentan que los primeros humanos modernos experimentaron una mutación genética (o un conjunto de mutaciones) que aumentó la capacidad de memoria de trabajo y mejoró las funciones ejecutivas (como el control inhibitorio, la flexibilidad cognitiva y el pensamiento abstracto). Este cambio podría haber ocurrido aproximadamente hace 70,000–50,000 años; a veces lo asocian con una mutación genética especulada alrededor de 60 mil años atrás. Como resultado, Homo sapiens podría superar a contemporáneos (como los neandertales) en innovación y pensamiento simbólico. La memoria de trabajo mejorada se manifestaría como un comportamiento más sofisticado en el registro arqueológico, alineándose con la explosión del Paleolítico Superior.

Es importante destacar que el escenario de Coolidge y Wynn a menudo compara directamente a los neandertales con los humanos modernos. Sugieren que los neandertales tenían una capacidad de memoria de trabajo algo más limitada, lo que podría explicar las diferencias en sus firmas arqueológicas. Por ejemplo, los neandertales parecen tener menos evidencia de profundidad de planificación (hicieron herramientas complejas, pero quizás no planearon rutinariamente cadenas logísticas largas o redes de comercio extensas). Los humanos modernos, con una memoria de trabajo mejorada, podrían manejar una mayor complejidad: planificar migraciones, inventar y mantener tradiciones simbólicas, y así sucesivamente. En un artículo de 2007, lo expresaron sin rodeos: los neandertales probablemente “carecían de las funciones ejecutivas avanzadas y la capacidad de memoria de trabajo que la gente tiene hoy”.

Evidencia y Razonamiento: • Neuropsicología y Genética: Coolidge y Wynn se basaron en investigaciones en psicología cognitiva que cuantifican la capacidad de memoria de trabajo en humanos modernos y examinan su base neurológica. La memoria de trabajo involucra regiones cerebrales frontales y parietales (notablemente la corteza prefrontal). Notan que los humanos tienen una corteza prefrontal más grande y posiblemente una conectividad más robusta para estas funciones que los homínidos anteriores. Especularon sobre cambios genéticos que podrían subyacer a la memoria de trabajo mejorada: los candidatos podrían ser genes que afectan el desarrollo del lóbulo frontal o los sistemas de neurotransmisores. (Un candidato especulativo en ese momento era el gen COMT u otros que influyen en la regulación de la dopamina, que afecta la función ejecutiva). También hacen referencia a simulaciones genéticas: una mutación beneficiosa que aumenta la capacidad cognitiva, incluso ligeramente, podría propagarse relativamente rápido (los cálculos de Haldane sobre barridos selectivos). Sugieren que la base genética podría ser poligénica, lo que significa múltiples genes interactuando, en lugar de un único “gen de memoria de trabajo”. Por lo tanto, su modelo permite que la mejora podría haber sido producto de un pequeño grupo de mutaciones que dieron a los humanos modernos una ventaja.

• Análisis de Artefactos: La evidencia arqueológica citada por Wynn & Coolidge se centra en cosas que implican cognición avanzada: • Herramientas Complejas y Tecnologías de Múltiples Pasos: Los humanos modernos en el Paleolítico Superior fabricaron armas de proyectil (por ejemplo, lanzadores de lanzas, arco y flecha en el UP posterior), que a menudo requieren coordinar múltiples componentes (punta de piedra, asta, unión, emplumado). Los neandertales usaban principalmente lanzas de empuje. Esto podría indicar diferencias en la memoria de trabajo para el ensamblaje de múltiples componentes y el razonamiento hipotético sobre balística.

• Planificación y Conceptos Abstractos: Señalan elementos como la figurilla “Hombre-León” de Hohlenstein-Stadel (40 mil años) – una estatua de marfil de una criatura mitad animal, mitad humana. Tallarla requeriría imaginar un concepto (ser mítico) no presente en la realidad, una hazaña de imaginación y abstracción. También lleva tiempo y planificación cuidadosa para elaborarla. De manera similar, los palos de conteo o las placas de ocre con grabados sistemáticos sugieren llevar un registro de conteos o símbolos abstractos. Estos, argumentan, reflejan la presencia de un “nivel moderno” de memoria de trabajo: el artista o usuario puede mantener la idea abstracta en mente y ejecutar una tarea representacional compleja. Wynn & Coolidge escribieron que tales artefactos son “una fuerte indicación de que sus usuarios tenían una memoria de trabajo que estaba a un nivel moderno” y posiblemente representan a los humanos externalizando la memoria (como los primeros calendarios o sistemas de notación), lo que en sí mismo indica que estaban empujando los límites de la capacidad mental y extendiéndola.

• Tasa de Innovación: Los sitios de humanos modernos muestran un cambio más rápido en los estilos de herramientas y adaptación a nuevos entornos (colonizaron regiones diversas, como Australia hace 50 mil años, y el Ártico alto más tarde). Esta versatilidad podría atribuirse a una mejor resolución de problemas y memoria de trabajo (por ejemplo, planificar un viaje por mar o sobrevivir en climas extremos implica previsión y preparación que los neandertales podrían no haber manejado tan fácilmente).

• Antropología Comparativa: Wynn & Coolidge también utilizaron un enfoque comparativo con los neandertales: • Los neandertales tenían cerebros grandes, pero quizás la estructura era diferente (algunos sugieren lóbulos frontales ligeramente más pequeños en relación con los humanos modernos, aunque esto se debate). Si su memoria de trabajo era ligeramente menor, eso podría haber limitado cuánta complejidad manejaban. Eran expertos fabricantes de herramientas (por ejemplo, tecnología Levallois), lo que muestra excelente inteligencia técnica e incluso algún nivel de enseñanza/aprendizaje. Sin embargo, su conjunto de herramientas cambió poco durante decenas de miles de años, lo que implica menos flexibilidad cognitiva o acumulación cultural. Los investigadores proponen que una memoria de trabajo mejorada en humanos modernos permitió una cultura acumulativa: cada generación construyendo sobre innovaciones, mientras que los neandertales pueden haber estado más limitados por métodos tradicionales (necesitando demostración directa para aprender, en lugar de innovar).

• Examinan cosas como la organización de los hogares neandertales, las estructuras de los sitios, y concluyen que, aunque los neandertales eran inteligentes, hay evidencia sutil de que no planificaban tan a futuro. Por ejemplo, algunos estudios de aprovisionamiento de piedra muestran que los humanos modernos a veces llevaban en bruto herramientas a largas distancias para uso futuro, mientras que los neandertales más a menudo fabricaban herramientas en el lugar con materiales locales. Tales diferencias podrían reflejar la capacidad de previsión.

Principales Obras: Las ideas de Coolidge y Wynn ganaron amplia atención por primera vez en un artículo de 2005 en Cambridge Archaeological Journal (“Working memory, its executive functions, and the emergence of modern thinking”). Las ampliaron en Working Memory (capítulo en “Cognitive Archaeology” 2007) y una visión general accesible en American Scientist (2007) titulada “The Rise of Homo sapiens: The evolution of modern thinking” (más tarde también el título de su libro de 2009). Han continuado publicando sobre la cognición neandertal, incluyendo un artículo de 2010 debatiendo su modelo con otros académicos.

Críticas y Discusión: • Prueba de la Hipótesis: Un desafío es cómo probar la hipótesis de la EWM arqueológicamente. Críticos como el arqueólogo Paul Mellars y otros han notado que las diferencias en los restos arqueológicos a menudo pueden explicarse por diferencias en cultura o entorno en lugar de cognición innata. Por ejemplo, algunos argumentan que los neandertales no hicieron arte simplemente porque sus estructuras sociales o tradiciones no lo enfatizaban, no porque no pudieran. La hipótesis de Wynn & Coolidge predeciría que en cualquier lugar donde estén presentes humanos modernos, eventualmente deberíamos ver evidencia de planificación de alto nivel o simbolismo, incluso si es escasa, y de hecho en África vemos símbolos esporádicos anteriores. El debate se convierte en: ¿está la frecuencia de esa evidencia únicamente ligada a la densidad poblacional y la preservación, o realmente a un salto cognitivo? Wynn & Coolidge probablemente dirían que la consistencia y el rango de comportamientos humanos modernos indican una diferencia de capacidad interna genuina.

• Endocasts Cerebrales Neandertales: La investigación utilizando endocasts y morfometría 3D en cerebros de neandertales vs. AMH (cuando los cerebros dejan impresiones en los cráneos) sugiere algunas diferencias sutiles en los tamaños relativos de las regiones cerebrales. Un estudio de 2018 (Pearce et al.) argumentó que los humanos modernos tienen más volumen cerebeloso (posiblemente afectando la velocidad de procesamiento cognitivo o el aprendizaje) y los neandertales relativamente menos en esa área. Si es cierto, tales diferencias neurológicas podrían correlacionarse con diferencias en la memoria de trabajo. Sin embargo, estos datos aún son limitados y las interpretaciones varían.

• Superposición con Otras Teorías: La hipótesis de la memoria de trabajo no es mutuamente excluyente con otras. Complementa bien la idea de fluidez de Mithen (como se mencionó, la EWM podría haber permitido la integración fluida del pensamiento). También podría ser un factor subyacente en la mutación de Klein o la reorganización de Tattersall. De hecho, si uno pregunta qué mutación podría haber hecho mejor el “software cerebral” de Klein, un candidato principal es algo que mejoró nuestra función de la corteza prefrontal (es decir, la memoria de trabajo). Coolidge & Wynn dieron forma concreta a esa noción.

• Gradual vs. Repentino: Los críticos desde una perspectiva gradualista podrían argumentar que la memoria de trabajo podría haber aumentado gradualmente. Por ejemplo, entre Homo erectus, Homo arcaico, neandertales y modernos, podría haber habido una mejora constante en las funciones ejecutivas, vinculada quizás al aumento del tamaño cerebral y una vida social más compleja. Si es así, ¿por qué señalar una mutación? Coolidge & Wynn han respondido a veces que ciertos eventos genéticos (como las mutaciones de duplicación) pueden aumentar rápidamente la capacidad neural. Por ejemplo, reflexionaron sobre una duplicación genética (como SRGAP2, aunque esa ocurrió hace ~2-3 millones de años, no relevante para 50k) que afecta las redes neuronales. También citan cómo pequeños cambios genéticos pueden tener grandes efectos cognitivos (por ejemplo, la mutación FOXP2 en la familia KE tuvo un gran efecto en el habla). Otra sugerencia ha sido que una mutación que afecta el tiempo de desarrollo neural (heterocronía) podría haber permitido que los cerebros humanos desarrollaran más interconexiones. Estos detalles siguen siendo especulativos.

• Explicaciones Alternativas para la Extinción Neandertal: La hipótesis de la EWM a veces se cita en el contexto de por qué los neandertales se extinguieron. Si los humanos modernos tenían una memoria de trabajo superior y, por lo tanto, mejor adaptación e innovación, eso podría haberles dado una ventaja competitiva. Sin embargo, otros proponen que factores como el clima, las enfermedades o simplemente el mestizaje asimilaron a los neandertales. Es difícil aislar la ventaja cognitiva, pero la persistencia de los humanos modernos y no de los neandertales es al menos consistente con una brecha de rendimiento. Algunos investigadores han intentado refutar una brecha cognitiva, enfatizando que los neandertales en las circunstancias adecuadas mostraron comportamientos previamente considerados únicos de sapiens (por ejemplo, caza organizada, posiblemente arte). No se ha alcanzado un consenso; la idea de Coolidge & Wynn sigue siendo una hipótesis viable entre otras.

Resumen: Coolidge y Wynn introdujeron un candidato neurológico enfocado para la revolución cognitiva: la memoria de trabajo/mejora de la función ejecutiva. Su teoría es atractiva porque la memoria de trabajo es medible hoy en día y se sabe que sustenta la cognición compleja desde las matemáticas hasta el lenguaje y la creatividad. Al alinearla con la línea de tiempo arqueológica, proporcionan un vínculo tangible entre la función cerebral y la producción cultural. La hipótesis ha ganado mucha atención y se discute con frecuencia en la literatura sobre la evolución cognitiva humana. También ha fomentado un enfoque más interdisciplinario, trayendo a psicólogos a la conversación con arqueólogos. Ya sea que una sola mutación sea responsable o no, la noción de que la capacidad cognitiva “en la cabeza” fue un factor limitante y que Homo sapiens cruzó un umbral en esa capacidad es un tema común compartido por muchos de estos investigadores, con Coolidge & Wynn dándole una forma neuropsicológica clara.

Andrew Cutler – Teoría de la Conciencia de Eva (EToC)#

Antecedentes: Andrew Cutler, escribiendo en vectorsofmind.com, propone la Teoría de la Conciencia de Eva (EToC) como una explicación alternativa para el surgimiento de la cognición humana moderna, abordando específicamente la “Paradoja Sapiente”: la brecha entre la modernidad anatómica/conductual (~200k-50kya) y el surgimiento de la civilización (~12kya). A diferencia de los teóricos que se centran en cambios biológicos alrededor de 50kya, Cutler argumenta que la verdadera conciencia (autoconciencia recursiva, el “yo” subjetivo) es un desarrollo mucho más reciente, principalmente cultural y psicológico, que ocurrió alrededor del final de la última Edad de Hielo (~15kya).

Argumento Clave: EToC se basa en, pero re-fecha y reinterpreta significativamente, el concepto de Mente Bicameral de Julian Jaynes. Cutler postula que los primeros humanos experimentaron directivas internas (del superyó, representando normas sociales o figuras de autoridad) como voces externas (“dioses”). La conciencia, el “yo análogo” o autoconciencia recursiva, surgió cuando el ego se volvió autorreferencial, creando un espacio interno para la introspección y la elección (“Pienso, luego existo”). Esta transición no fue principalmente genética sino memética, una innovación cultural que se extendió. EToC propone distintivamente que las mujeres, debido a presiones evolutivas que favorecen la cognición social y la Teoría de la Mente, lograron primero la autoconciencia recursiva (“Eva”). Esto inició un período de “Matriarcado Primordial”, cuyos ecos se encuentran en mitos globales. La conciencia luego se extendió a los hombres, a menudo a través de rituales de iniciación (“El Ritual”). Cutler sugiere que estos rituales podrían haber involucrado enteógenos, destacando específicamente el veneno de serpiente (“El Culto a la Serpiente”) debido a sus propiedades psicoactivas, contenido de Factor de Crecimiento Nervioso y asociación global con mitos de creación, sabiduría y transformación. El surgimiento de la autoconciencia, trayendo consigo la capacidad de planificación, pensamiento abstracto, cultura simbólica y conciencia de la mortalidad (ansiedad por la muerte), finalmente catalizó la Revolución Neolítica (agricultura, asentamientos). El yo, inicialmente transmitido culturalmente, eventualmente se volvió genéticamente arraigado a través de una fuerte presión de selección que favorecía cerebros propensos a la construcción del ego.

Evidencia Utilizada: EToC se basa en una amplia gama de evidencia interdisciplinaria: • Mitología Comparativa: Interpreta mitos de creación (Génesis, mitos globales de serpientes/dragones, historias de matriarcado primordial) como relatos fenomenológicos o recuerdos culturales de la transición a la autoconciencia. Destaca la asociación de serpientes con sabiduría, creación y enteógenos, y el papel de figuras femeninas (Eva, Grandes Diosas).

• Arqueología: Utiliza la Paradoja Sapiente en sí misma como evidencia de una transición cognitiva posterior. Cita la aparición relativamente tardía de pensamiento abstracto indiscutido (por ejemplo, la datación del arte Magdaleniense de Wynn ~16kya) y complejidad simbólica (la “Revolución Humana” de Renfrew ~12kya) como alineadas con la línea de tiempo de EToC. Nota la prevalencia del simbolismo de serpientes en sitios como Göbekli Tepe (~11kya).

• Neurociencia y Psicología: Aprovecha conceptos de recursión como fundamentales para la conciencia, el lenguaje y la planificación. Señala diferencias sexuales en la estructura/función cerebral relacionadas con la cognición social y el lenguaje (por ejemplo, influencia del cromosoma X) para apoyar el aspecto “Eva”. Hace referencia a las ideas de Jaynes sobre el bicameralismo y las voces internas.

• Genética y Lingüística: Nota señales recientes de selección en genes relacionados con la cognición/el cerebro (especialmente en el cromosoma X) dentro de los últimos 50 mil años. Explora evidencia lingüística como las posibles raíces profundas de ciertos pronombres (“yo”). Considera cómo la conciencia podría haberse extendido meméticamente primero, luego impulsar la selección genética.

• Investigación de Enteógenos: Cita evidencia de las propiedades psicoactivas del veneno de serpiente, contenido de NGF y uso ritual en varias culturas (India, antigua Grecia) como apoyo para la hipótesis del “Culto a la Serpiente”.

Críticas y Consideraciones: EToC presenta una re-fecha y mecanismo radical para la conciencia en comparación con los modelos biológicos convencionales de 50kya. Las consideraciones clave incluyen: • Fecha Tardía: Colocar el surgimiento de la conciencia recursiva completa (~15kya) significativamente después de la modernidad conductual (~50kya) requiere desacoplar estos eventos, desafiando modelos que los vinculan directamente.

• Propagación Memética: La idea de que la conciencia se propague culturalmente/meméticamente antes de volverse genéticamente fija es poco convencional y requiere evidencia sólida para los rituales propuestos y su efectividad.

• Interpretación Mitológica: La fuerte dependencia de interpretar mitos antiguos como registros históricos o fenomenológicos precisos es debatida dentro de la antropología.

• Hipótesis del Veneno de Serpiente: Aunque intrigante, la evidencia arqueológica directa para el uso del veneno de serpiente como un enteógeno primordial generalizado es actualmente limitada en comparación con sustancias como el ocre o alucinógenos vegetales conocidos.

• Matriarcado Primordial: Aunque existen mitos, la evidencia arqueológica y antropológica para un matriarcado global literal que precede al patriarcado es escasa y debatida; EToC lo enmarca más en términos de mujeres pioneras en innovaciones cognitivas/culturales.

Resumen: La Teoría de la Conciencia de Eva de Andrew Cutler ofrece una síntesis novedosa que intenta resolver la Paradoja Sapiente proponiendo una emergencia reciente y culturalmente impulsada de la autoconciencia recursiva (~15 mil años atrás), liderada por mujeres y potencialmente facilitada por rituales enteogénicos que involucraban serpientes. Desafía las líneas de tiempo y mecanismos convencionales, enfatizando la coevolución gen-cultura e integrando conocimientos de la mitología, arqueología, neurociencia y genética para argumentar que el camino hacia la plena sapiencia humana fue un proceso más tardío, dramático y quizás más influenciado por el género de lo que a menudo se supone.

Convergencia y Divergencia de Opiniones#

A pesar de centrarse en diferentes facetas, estos teóricos comparten una convicción común: la unicidad cognitiva de Homo sapiens surgió de un cambio biológicamente impulsado y relativamente repentino, en lugar de un lento proceso de evolución cultural. Todos señalan el Paleolítico Superior (~50,000 años atrás) como el momento decisivo cuando este cambio se hizo visible a nivel mundial. Varios hilos comunes recorren sus argumentos: • Algo “Se Activó”: Ya sea llamado una mutación, una reorganización o un umbral, cada teoría postula un punto en el que los humanos comenzaron a pensar de maneras fundamentalmente nuevas. La mutación de Klein “reorganizó el cerebro” para simbolizar; la mutación de Chomsky dio la capacidad para el lenguaje infinito; la emergencia de la sintaxis de Bickerton fue un cambio catastrófico; la capacidad simbólica de Tattersall permaneció latente hasta ser activada; los dominios de Mithen se fusionaron en una mente fluida; la memoria de trabajo de Wynn & Coolidge se expandió a un nuevo nivel. En todos los casos, se enfatiza un salto cualitativo, no meramente una acumulación cuantitativa de conocimientos. • El Lenguaje y el Simbolismo como Catalizadores/Indicadores: Casi todas las figuras identifican el lenguaje o el pensamiento simbólico como centrales para la revolución. Klein ve el lenguaje como un probable resultado de su mutación, que luego estimuló la creatividad. Chomsky identifica claramente el cambio como la emergencia de la facultad del lenguaje en sí. Bickerton y Mithen ambos dan al lenguaje un papel protagónico (Bickerton como el producto del salto, Mithen como producto y facilitador de la fluidez cognitiva). Tattersall y Wynn/Coolidge ven el lenguaje/símbolos como el mecanismo crucial de “desbloqueo” o la manifestación principal de la nueva cognición. En resumen, el lenguaje complejo y el razonamiento simbólico son las características de la cognición moderna que estos académicos buscan explicar, y la mayoría de ellos los vinculan estrechamente. Donde difieren es si el lenguaje condujo al simbolismo (Chomsky, Bickerton) o el simbolismo estaba latente y necesitaba el lenguaje (Tattersall), pero la interacción es íntima. • “Explosión” Arqueológica: Todas las teorías se basan en la aparición relativamente abrupta (en términos geológicos) de cosas como el arte, la ornamentación personal, las industrias de herramientas variadas, el comercio de larga distancia, etc., comenzando alrededor de 50 mil años atrás. Este registro es una justificación primaria para decir que ocurrió una revolución. Incluso cuando nuevos hallazgos han adelantado algunos comportamientos simbólicos, la dramática floración en el Paleolítico Superior sigue siendo un fenómeno real a explicar. Estos investigadores a menudo usan ejemplos similares (pinturas rupestres, figurillas de Venus, entierros con ajuares funerarios, herramientas de hueso estandarizadas) para ilustrar el marcado contraste entre antes y después de los 50 mil años. En sus narrativas, estos son consecuencias de una mejora cognitiva: una vez que el cerebro cambió, los comportamientos siguieron. • Unicidad Humana y Especies Rivales: Un punto de convergencia es la idea de que los neandertales (y otros homínidos contemporáneos) carecían del paquete cognitivo completo. Así, nuestra especie o bien ganó algo especial o usó algo especial que otros no. Klein, por ejemplo, argumenta que los neandertales no poseían un verdadero lenguaje/simbolismo (de ahí su cultura relativamente estática). Chomsky implica que los neandertales carecían de la mutación de recursión (aunque esto se debate). Mithen y Wynn/Coolidge contrastan explícitamente a los modernos y los neandertales en términos cognitivos. Tattersall llama a los neandertales “no simbólicos”. Esta distinción aguda ha sido un supuesto unificador. También es un área donde convergen las críticas: muchos académicos que se oponen efectivamente dicen “los neandertales no eran tan diferentes; tal vez no ocurrió una sola revolución”. La nueva evidencia de las capacidades neandertales ha sido un desafío para todos estos modelos, y cada proponente lo ha abordado a su manera (algunos admitiendo que los neandertales podrían haber tenido un simbolismo muy limitado, pero manteniendo una brecha en grado o tipo).

A pesar de estos elementos compartidos, las divergencias entre los teóricos son igualmente importantes: • Naturaleza del Cambio Biológico: Esta es la mayor diferencia. ¿Es una mutación genética en un dominio específico (la mutación desconocida de Klein, la mutación de Fusión de Chomsky, el complejo genético de memoria de trabajo de Coolidge/Wynn)? ¿O es una reorganización neural más amplia (el cambio de desarrollo de Tattersall, el aumento de conectividad entre módulos de Mithen)? La visión de Chomsky es estrecha (un micro paso creó una macro habilidad: la recursión), mientras que la de Mithen es amplia (toda la arquitectura de la mente se volvió más integrada). Klein y Coolidge/Wynn de alguna manera se sitúan en el medio: no especifican un solo gen, pero aún lo enmarcan como una “mejora” biológica que podría involucrar múltiples genes afectando un sistema (lenguaje o memoria). La de Bickerton es algo intermedia: no lo clava a un gen, sino a un evento evolutivo, posiblemente vinculado al tamaño del cerebro o al cableado interno que permitió la sintaxis. Así que hay variación desde una causa única hasta una causa sistémica. • Tiempo del Cambio: Todos se centran en aproximadamente 40–70 mil años atrás, pero Tattersall y Mithen permiten que el cambio genético/cerebral podría haber ocurrido antes (alrededor del origen de H. sapiens, ~200 mil) con un retraso en la expresión. En contraste, Klein, Bickerton, y probablemente Chomsky implican que el cambio genético ocurrió más cerca en el tiempo de la explosión conductual en sí (~50–80 mil). Wynn & Coolidge generalmente mencionan ~60 mil como un punto de referencia para la mutación (algunos lo vinculan a la población que salió de África en ese momento). Esto afecta cómo interpretan las primeras pistas de comportamiento moderno: Tattersall/Mithen dirían que esas pistas (como el ocre de Blombos) podrían ser destellos tempranos de una habilidad ya presente pero raramente utilizada, mientras que Klein podría dudar de su validez o significado (inclinándose hacia “la capacidad verdadera aún no estaba allí”). • Aspectos Graduales vs. Repentinos: Aunque todos enfatizan una revolución, algunos permiten una mezcla de preparación gradual. Mithen, por ejemplo, dice que la aparición arqueológica es repentina, pero la “arquitectura cognitiva para la fluidez” podría haber surgido antes o ser poco clara. Tattersall dice explícitamente que convertirse en humano fue “complejo en su desarrollo” y no un solo momento; reconoce que no fue literalmente de la noche a la mañana, pero aún niega un ajuste incremental lento. Las declaraciones más fuertes de Chomsky suenan como si literalmente una generación obtuviera la mutación; Bickerton también sugiere unas pocas generaciones para que la sintaxis se propague. Wynn & Coolidge se inclinan hacia un evento específico pero abiertos a que tome algún tiempo para propagarse. Estos matices muestran algunas divergencias sobre cuán agudo fue el cambio. • Énfasis en la Evidencia: Cada académico aporta diferentes evidencias al frente: • Genética: Klein y el campo de Chomsky miran a la genética (por ejemplo, FOXP2, modelos de genética de poblaciones) más que los otros. • Lingüística: Chomsky y Bickerton profundizan en la lingüística (gramática universal, pidgins, criollos, etc.), que arqueólogos como Klein podrían no usar directamente. • Neurociencia: Wynn & Coolidge citan experimentos de neurociencia y psicología (modelo de memoria de trabajo de Baddeley, conectividad del lóbulo frontal, etc.); Mithen también hace referencia a la literatura de ciencia cognitiva sobre modularidad. • Arqueológica: Todos se refieren a artefactos, pero Klein y Mithen probablemente se detienen más en ellos. Klein enumera herramientas avanzadas, arte, etc., como evidencia, y Mithen interpreta su significado en términos de dominios cognitivos (por ejemplo, el arte representando pensamiento fluido). Tattersall también utiliza mucho la cronología de fósiles y artefactos. • Influencia Actual y Controversia: En términos de influencia, las ideas de Klein y Tattersall han sido muy influyentes en la paleoantropología y todavía se discuten en libros de texto, aunque muchos ahora favorecen un “modelo mixto” que reconoce un desarrollo más gradual en África con quizás un cruce de umbral posterior. La teoría de Chomsky es altamente influyente en la lingüística y la filosofía de la mente, pero en la paleoantropología a menudo se ve con escepticismo (debido a la escasa evidencia directa). El protolenguaje de Bickerton es un concepto ampliamente aceptado; incluso los gradualistas a menudo incorporan una etapa de protolenguaje (aunque no todos están de acuerdo en que fue tan tardío o tan repentino como él pensó). La fluidez cognitiva de Mithen se ha convertido en un concepto básico en la arqueología cognitiva y se cita frecuentemente en discusiones sobre los orígenes del arte y la religión. La hipótesis de Coolidge & Wynn es relativamente más nueva (2000s) pero ha ganado tracción; a menudo aparece en la literatura que examina las diferencias entre neandertales y modernos.

Notablemente, estas ideas no son mutuamente excluyentes. De hecho, algunos investigadores intentan sintetizarlas. Por ejemplo, uno podría hipotetizar que una mutación genética mejoró la memoria de trabajo (Wynn & Coolidge) lo que permitió la integración de dominios cognitivos (la fluidez de Mithen), permitiendo así la emergencia del lenguaje sintáctico (Bickerton/Chomsky) y la cultura simbólica (la revolución conductual de Tattersall/Klein). Tal visión compuesta podría de hecho estar más cerca de la realidad: múltiples factores y capacidades uniéndose para empujar a los humanos sobre un umbral cognitivo.

Resistencia Académica (General): Como grupo, los defensores de una revolución del Paleolítico Superior impulsada biológicamente han sido desafiados por aquellos que abogan por modelos gradualistas o de múltiples etapas. McBrearty & Brooks (2000) es una crítica seminal que argumenta que la mayoría de los supuestos comportamientos “modernos” tienen raíces más profundas en África. Ellos y otros (por ejemplo, Henshilwood, d’Errico) han documentado instancias anteriores de pigmentos, símbolos, herramientas complejas, sugiriendo un ensamblaje gradual del “paquete de modernidad conductual”. También enfatizan que al centrarse solo en el registro de Europa (donde el cambio parece marcado), uno podría perderse que el registro de África (aunque irregular) muestra desarrollos graduales. Esta crítica ha suavizado en cierta medida la narrativa de la “revolución” en los últimos años, con muchos ahora hablando de “pasos graduales hacia la modernidad puntuados por quizás un punto de inflexión”. Las principales figuras perfiladas aquí se han ajustado de varias maneras (por ejemplo, Klein reconoció más evidencia africana pero aún mantiene que un desencadenante genético tardío es probable). Otra línea de resistencia proviene de aquellos que estudian la cultura acumulativa: investigadores como Michael Tomasello proponen que lo que realmente distingue a los humanos es nuestra capacidad para el aprendizaje social de alta fidelidad, que produce cultura acumulativa. Esta capacidad en sí misma podría haber evolucionado gradualmente y alcanzado una masa crítica en el Paleolítico Superior, pero a través de medios sociales/demográficos en lugar de una mutación específica en ese momento. Tales teorías ponen menos énfasis en cambios cerebrales repentinos y más en la mejora gradual del aprendizaje o la cooperación.

Sin embargo, incluso dentro de explicaciones gradualistas o alternativas, muchos aceptan que algo cualitativo sí emergió con Homo sapiens: el debate es en gran medida cómo y cuándo en lugar de si. Las ideas de Klein, Chomsky, Mithen, Tattersall, Bickerton, Coolidge & Wynn han sido instrumentales en enmarcar la investigación científica. Al proponer hipótesis audaces, han impulsado la investigación en arqueogenética, excavaciones en África y el Levante para símbolos anteriores, experimentos con la enseñanza de la fabricación de herramientas de piedra y simulaciones de la evolución del lenguaje. Al hacerlo, aseguraron que la pregunta de “¿qué nos hace cognitivamente únicos, y por qué floreció en el Paleolítico Superior?” permanezca en la vanguardia de la paleoantropología y la ciencia cognitiva. Cada una de sus teorías tiene sus seguidores y críticos, y es posible que elementos de todas sean relevantes para la historia completa.


FAQ #

P 1. ¿Qué es la “Revolución Cognitiva”? R. Se refiere a un período propuesto alrededor de hace 50,000 años (Paleolítico Superior) cuando Homo sapiens supuestamente experimentó cambios cognitivos rápidos, llevando a la “modernidad conductual”—marcada por arte sofisticado, herramientas, comportamiento simbólico y posiblemente lenguaje—pensado por algunos teóricos (como Cutler, Klein, Chomsky, Tattersall, Mithen, Coolidge & Wynn) como impulsado por la evolución biológica (por ejemplo, mutación genética, reorganización cerebral).

P 2. ¿Cuál es el principal desacuerdo entre estos teóricos? R. Aunque la mayoría está de acuerdo en un cambio cognitivo significativo que se hace evidente alrededor de 50 mil años atrás, divergen en el desencadenante y el momento específicos. Los impulsores propuestos incluyen una mutación neural (Klein), sintaxis recursiva/Fusión (Chomsky), sintaxis emergente del protolenguaje (Bickerton), activación cultural de potencial latente (Tattersall), fluidez cognitiva (Mithen), memoria de trabajo mejorada (Coolidge & Wynn), o una emergencia cultural posterior (~15 mil años atrás) de la autoconciencia recursiva (EToC de Cutler).

P 3. ¿Podría un escenario compuesto ser más realista? Sí. Una modesta mejora de la memoria de trabajo podría permitir la fluidez cognitiva, que fomenta la sintaxis, amplificada por la expansión demográfica; factores rituales podrían entonces consolidar la plena autoconciencia. Los modelos de múltiples capas están siendo cada vez más explorados.

P 4. ¿Qué corrientes de evidencia anclan cada campo?

  • Genómica: Klein; Coolidge & Wynn.
  • Lingüística/Psicolingüística: Chomsky; Bickerton.
  • Arqueología cognitiva: Mithen; Tattersall.
  • Mitología comparativa + gen-cultura: Cutler.

Referencias#

  1. Klein, R.G. (2002). The Dawn of Human Culture. John Wiley & Sons. (Presenta el caso de una revolución cognitiva genética hace ~50 mil años.)
  2. Hauser, M., Chomsky, N., & Fitch, W. (2002). “The Faculty of Language: What is it, Who has it, and How did it evolve?” Science, 298(5598), 1569-1579. (Propone la recursión como el salto cognitivo clave específico de los humanos.)
  3. Berwick, R.C. & Chomsky, N. (2016). Why Only Us: Language and Evolution. MIT Press. (Argumenta por una única mutación que produjo la operación de Fusión hace ~80 mil años.)
  4. Bickerton, D. (1990). Language and Species. University of Chicago Press. (Introduce la idea de protolenguaje y la emergencia catastrófica de la sintaxis.)
  5. Bickerton, D. (2014). More Than Nature Needs: Language, Mind, and Evolution. Harvard Univ. Press. (Actualiza su argumento con escenarios ecológicos para el origen del lenguaje.)
  6. Tattersall, I. (1998). Becoming Human: Evolution and Human Uniqueness. Harcourt Brace. (Argumenta por un origen tardío de la conciencia simbólica, posiblemente a través del lenguaje como exaptación.)
  7. Tattersall, I. (2009). “Human Origins: Out of Africa.” Proceedings of the National Academy of Sciences, 106(38), 16018-16021. (Revisa la evidencia; enfatiza la mente simbólica como reciente y única.)
  8. Mithen, S. (1996). The Prehistory of the Mind. Thames & Hudson. (Propone la fluidez cognitiva emergente en el Paleolítico Superior como clave para la creatividad humana.)
  9. Mithen, S. (2005). The Singing Neanderthals. Harvard Univ. Press. (Explora la música y el protolenguaje, sugiriendo diferencias entre la cognición neandertal y moderna.)
  10. Coolidge, F.L. & Wynn, T. (2005). “Working memory, its executive functions, and the emergence of modern thinking.” Cambridge Archaeological Journal, 15(1), 5-26. (Introduce la hipótesis de la memoria de trabajo mejorada.)
  11. Coolidge, F.L. & Wynn, T. (2007). “The Rise of Homo sapiens: The Evolution of Modern Thinking.” American Scientist, 95(5), 444-451. (Visión general accesible de sus ideas comparando la cognición humana moderna y neandertal.)
  12. McBrearty, S. & Brooks, A.S. (2000). “The revolution that wasn’t: a new interpretation of the origin of modern human behavior.” Journal of Human Evolution, 39(5), 453-563. (Crítica clave del concepto de “revolución humana”, argumentando por una acumulación gradual en África.)
  13. Zilhão, J. (2010). “Complexity in Neanderthal Culture.” Diogenes, 57(2), 7-20. (Presenta evidencia de comportamiento simbólico neandertal, desafiando distinciones cognitivas marcadas.)
  14. Mellars, P. (2006). “Why did modern human populations disperse from Africa ca. 60,000 years ago? A new model.” Current Anthropology, 47(1), 97-133. (Considera mutación genética/cognitiva vs. explicaciones climáticas y demográficas.)
  15. [Citas adicionales en línea arriba proporcionan detalles específicos de apoyo de entrevistas, artículos de revistas y estudios relacionados con las afirmaciones de cada investigador.]