TL;DR
- Las primeras especies de Homo desarrollaron herramientas sofisticadas de múltiples componentes mucho antes de los humanos modernos, incluyendo hachas enmangadas, lanzas compuestas y adhesivos complejos.
- Las hachas enmangadas más antiguas (46,000-49,000 años) provienen de Australia, lo que cuestiona los supuestos eurocéntricos sobre la innovación tecnológica.
- La tecnología de lanzas se remonta a 400,000-500,000 años, con variantes tanto de madera como con punta de piedra usadas por Heidelbergensis y Neandertales.
- La tecnología de arco y flecha surgió en África hace unos 70,000 años, otorgando a los humanos modernos una ventaja significativa en la caza.
- Herramientas simbólicas como artefactos grabados y ornamentos personales aparecieron hacia 500,000 años atrás, algunas atribuidas a Homo erectus.
- Trabajos complejos de carpintería y construcción estructural ocurrieron ya desde hace 476,000 años en Kalambo Falls, Zambia.
- Estas innovaciones ponen de relieve una planificación sofisticada, conocimiento de materiales y capacidades cognitivas en los primeros ancestros humanos.
Las herramientas complejas más tempranas del género Homo#
Los primeros miembros del género Homo desarrollaron una variedad de herramientas complejas mucho antes de la aparición de los humanos modernos. Estas herramientas a menudo implicaban múltiples componentes o técnicas de fabricación sofisticadas más allá de simples lascas de piedra. A continuación, revisamos categorías clave de herramientas complejas tempranas – tanto relacionadas con la caza como no relacionadas con ella – incluyendo sus descripciones, fechas estimadas de invención, descubrimientos arqueológicos fundamentales y debates académicos sobre su interpretación.
Hachas enmangadas (hachas compuestas con mango)#
Las hachas enmangadas son herramientas de corte hechas al unir una cabeza de piedra afilada a un mango de madera, creando un implemento compuesto. Este diseño incrementa enormemente la palanca y la fuerza de impacto de la herramienta en comparación con una piedra sostenida a mano, pero requiere una construcción compleja (dar forma a un mango duradero y asegurar la piedra con ataduras o adhesivos). Las hachas enmangadas más antiguas conocidas datan del Pleistoceno tardío. Un diminuto fragmento de piedra pulida de Windjana Gorge, Australia, ha sido identificado como parte de una hacha de filo pulido usada hace 46,000–49,000 años, lo que implica una cabeza de piedra ajustada a un mango. Este hallazgo es la evidencia más antigua de hachas enmangadas a nivel mundial, anterior a otros ejemplos por miles de años. Otro sitio australiano en Arnhem Land produjo una hacha de filo pulido datada en ~35,000 años, y en Japón se documenta la invención independiente de hachas alrededor de 38,000 años atrás (MIS3, Paleolítico Superior temprano). Sin embargo, en la mayor parte de África y Eurasia, las hachas de piedra con mango no aparecen hasta mucho después, a menudo con la expansión de la agricultura en el Holoceno (después de ~10,000 años atrás).
Descubrimientos clave:
- Windjana Gorge (Australia) – Fragmento de hacha pulida, 46–49 ka, la hacha enmangada más antigua conocida.
- Jawoyn Country (Australia) – Hachas completas de filo pulido, 35.4±0.4 ka, entre las más tempranas a nivel global.
- Archipiélago japonés – Hachas de filo pulido en capas del Paleolítico Superior, ~38–32 ka, coincidiendo con los primeros humanos modernos en Japón.
- Europa neolítica – Uso generalizado de hachas de piedra con mangos de madera ~10–7 ka, como parte de los conjuntos de herramientas agrícolas (p. ej. tala de árboles).
Debates e interpretación: Las sorprendentemente tempranas hachas australianas han cuestionado el supuesto eurocéntrico de que las herramientas complejas surgieron primero en Europa. Los investigadores infieren que la fabricación innovadora de herramientas surgió donde fuera necesaria: por ejemplo, es probable que los primeros australianos inventaran hachas para talar maderas duras en un entorno pobre en bambú. En contraste, la aparente ausencia de hachas enmangadas en sitios africanos y euroasiáticos más antiguos puede deberse a un sesgo de preservación (los mangos de madera rara vez sobreviven) o a un verdadero retraso tecnológico. Cabe destacar que la tecnología de enmangue en sí – unir herramientas de piedra a mangos – existía mucho antes de las “hachas” formales. Los neandertales y otros humanos arcaicos enmangaban lascas de piedra a la madera al menos desde hace 200,000 años, como lo muestran los residuos de adhesivo de brea de abedul en herramientas del Pleistoceno Medio. Sin embargo, estas herramientas enmangadas tempranas eran típicamente raspadores o puntas de lanza, no las hachas de corte de filo pulido o molido que se ven después. No está claro si algún grupo pre-sapiens fabricó hachuelas tipo hacha; hasta ahora, el consenso es que las verdaderas hachas enmangadas (con cabezas pesadas y filos pulidos o molidos) son una innovación de Homo sapiens en el Pleistoceno tardío.
Lanzas (lanzas de empuje y de lanzamiento)#
Las lanzas se encuentran entre las armas de caza más antiguas atribuidas a Homo, consistiendo en un palo afilado o un palo rematado con una punta de piedra o hueso. Representan un salto significativo en complejidad y estrategia de caza, al permitir a los humanos atacar a la presa desde una distancia más segura. La forma más simple es la lanza de madera endurecida al fuego, usada para empujar a corta distancia. La evidencia directa más antigua de lanzas proviene del Pleistoceno medio. Una punta de lanza de madera de Clacton-on-Sea en Inglaterra tiene unos 400,000 años de antigüedad, y se piensa que formaba parte de una lanza de madera afilada hecha por Homo heidelbergensis. Más espectaculares son las ocho lanzas de madera de Schöningen, Alemania, datadas en 300,000–337,000 años, encontradas entre restos de caballos descuartizados. Estos palos puntiagudos bien equilibrados (de más de 2 metros de largo) probablemente fueron usados por Heidelbergensis o por neandertales tempranos para cazar grandes presas; su manufactura sugiere que podían ser lanzas arrojadizas tipo jabalina además de armas de empuje.
Las lanzas con punta de piedra – armas compuestas que montan una punta tallada en un asta de madera – aparecen poco después. En Kathu Pan 1 en Sudáfrica, los excavadores encontraron puntas de piedra de ~500,000 años con daños y desgaste indicativos de uso como lanzas. Alrededor del 13% de las más de 200 puntas de este sitio muestran fracturas de impacto y modificaciones en la base, lo que sugiere que fueron enmangadas en astas y usadas para apuñalar o lanzar contra presas. Si se confirma, esto retrotrae la tecnología de caza con armas enmangadas a hace medio millón de años, lo que implica que un ancestro común de humanos modernos y neandertales ya fabricaba lanzas complejas. Anteriormente, las puntas de lanza de piedra más antiguas conocidas provenían de contextos neandertales en Europa (~300–200 ka), por lo que el descubrimiento de Kathu Pan fue notable. Otros hallazgos apoyan un origen temprano: por ejemplo, el sitio de Gademotta (Etiopía) produjo posibles puntas de lanza de obsidiana de >275,000 años, y Homo heidelbergensis en sitios como Lehringen (Alemania) ~125 ka dejó astas de lanza de madera asociadas con huesos de elefante.
Descubrimientos clave:
- Punta de lanza de Clacton (Reino Unido) – Punta de madera afilada, ~400 ka, la punta de lanza más antigua conocida.
- Lanzas de Schöningen (Alemania) – Ocho lanzas de madera y un bastón arrojadizo, ~300 ka, armas de caza completas en contexto.
- Kathu Pan 1 (Sudáfrica) – Puntas de lanza de piedra con rastros de enmangue, 500 ka, las lanzas compuestas más antiguas.
- Uso de lanzas por neandertales – Evidencia generalizada 300–100 ka (p. ej. puntas de piedra en Europa, lanza de madera en Lehringen ~125 ka), lo que indica caza regular de grandes presas con lanzas.
Debates e interpretación: Existe debate sobre cómo usaban estas lanzas los primeros humanos: ¿eran principalmente armas de empuje o también proyectiles arrojados? Las lanzas de Schöningen, por ejemplo, tienen una distribución de peso y un diseño ahusado que sugiere jabalinas, lo que lleva a algunos académicos a argumentar que fueron diseñadas para ser lanzadas a distancia, no solo usadas como picas. Esto implicaría tácticas de caza sofisticadas mucho antes de lo que se suponía. Sin embargo, los experimentos muestran que tales lanzas de madera podrían ser efectivas tanto a corta distancia como a distancias moderadas, y los patrones de desgaste pueden ser ambiguos. Las puntas de piedra de Kathu Pan han suscitado una controversia significativa. Wilkins et al. (2012) argumentaron que sus daños confirman impactos de lanza, pero un análisis posterior de Rots y Plisson (2014) cuestionó si el desgaste es realmente diagnóstico de uso como lanza o si podría resultar de otras actividades. Este escepticismo pone de relieve el desafío de distinguir la caza con lanzas de otros usos de herramientas en tiempos tan remotos. No obstante, el consenso es que la tecnología de lanzas enmangadas ya estaba en juego hacia mediados del Pleistoceno Medio. También se debaten las implicaciones cognitivas: si Homo heidelbergensis desarrolló lanzas hace 300–500 ka, esto sugiere una considerable planificación y conocimiento de materiales (para seleccionar la madera adecuada y fijar las puntas), reduciendo la brecha conductual entre estos ancestros y los posteriores Homo sapiens. Algunos investigadores proponen una evolución en dos fases de las armas de proyectil: primero, la aparición de lanzas arrojadas a mano o de empuje hace medio millón de años; mucho después, surgieron armas verdaderamente de largo alcance (arco y flecha o dardos con propulsor) con los humanos modernos. Si los neandertales llegaron alguna vez a adoptar proyectiles propulsados mecánicamente sigue siendo un punto de controversia (ver más abajo).
Arcos y flechas (tecnología de proyectil mecánico)#
El arco y la flecha constituyen un sistema de arma compuesta que consiste en un arco flexible (vara de madera con cuerda) y proyectiles ligeros (flechas) rematados con puntas afiladas. Esta tecnología es mucho más compleja que las lanzas: requiere construir un arco tensionado y flechas emplumadas, y representa la capacidad de almacenar energía elástica para la propulsión. Los arcos amplían enormemente el alcance y la precisión de la caza, pero sus componentes (madera, fibra, plumas) rara vez se preservan arqueológicamente. Como resultado, la evidencia de arquería temprana proviene principalmente de puntas de piedra o hueso y de patrones de desgaste. Los arqueólogos coinciden en general en que la tecnología de arco y flecha surgió en África durante la fase tardía de la Middle Stone Age, mucho antes de la agricultura. Las pistas más antiguas son puntas de piedra y pequeñas laminillas que probablemente se usaron como puntas de flecha alrededor de 70–60 mil años (ka). En Sibudu Cave (Sudáfrica), los investigadores identificaron diminutas puntas triangulares de piedra (~<2 cm) datadas en 64,000 años que presentan fracturas de impacto y residuos de resina consistentes con haber sido disparadas como puntas de flecha. Los criterios analíticos (tamaño, roturas y distribución del desgaste) sugieren firmemente que fueron lanzadas con arco, no arrojadas a mano o con propulsor, cumpliendo una lista rigurosa de requisitos para flechas antiguas. De manera similar, capas en Pinnacle Point (Sudáfrica, ~71 ka) y Border Cave (~60 ka) han producido segmentos microlíticos y puntas de hueso que se argumenta fueron componentes de flechas o puntas de dardo, lo que implica una tecnología de proyectil avanzada.
La evidencia concreta se vuelve más clara en el Paleolítico Superior. Recientemente, un abrigo rocoso en el sur de Francia (Grotte Mandrin) produjo decenas de diminutas puntas de sílex de unos 54,000 años, que pruebas experimentales identificaron como puntas de flecha usadas por humanos modernos tempranos. Este hallazgo es la prueba más antigua de arcos y flechas en Europa, y muestra que Homo sapiens llevó la arquería al continente mucho antes de 50 ka. (Anteriormente, la evidencia europea más antigua de arquería eran un conjunto de flechas preservadas de ~12,000 años de Stellmoor, Alemania.) Para el Holoceno temprano (después de ~10 ka), la caza con arco y flecha era común a nivel global, como lo evidencian hallazgos como los arcos de Holmegaard (Dinamarca, ~8 ka) y numerosos astiles de flecha mesolíticos y posteriores.
Descubrimientos clave:
- Sibudu Cave (Sudáfrica) – Puntas de sílex y cuarzo con dorso, con desgaste y rastros de adhesivo, 64 ka, uso de arco inferido más antiguo.
- Pinnacle Point (Sudáfrica) – Laminillas microlíticas (industria Howiesons Poort) posiblemente usadas con arcos o propulsores, 71 ka.
- Grotte Mandrin (Francia) – Puntas de sílex en capa de H. sapiens, 54 ka, evidencia más antigua de arco y flecha en Europa.
- Múltiples sitios posteriores – P. ej. Blombos Cave (Sudáfrica, ~73 ka) produjo una posible punta de flecha de hueso, Kontrebandiers Cave (Marruecos, ~90 ka) produjo pequeñas puntas (discutidas como puntas de flecha), y Stellmoor (Alemania, ~12 ka) preservó flechas de madera reales, confirmando la arquería generalizada hacia el Final Glacial.
Debates e interpretación: Establecer la presencia de arcos en la prehistoria profunda se basa en evidencia indirecta, por lo que el debate académico se centra en la correcta interpretación de las puntas de piedra. Una controversia es distinguir puntas de flecha de puntas de lanza o dardos arrojados: en general, las puntas de flecha son más pequeñas, ligeras y a menudo muestran daños de impacto que indican golpes de alta velocidad. Los críticos advierten que las puntas pequeñas también podrían ser puntas de lanza para cazar presas pequeñas con propulsores (atlatls) en lugar de arcos. Por ejemplo, la evidencia africana de ~70 ka podría indicar cualquiera de las dos tecnologías; de hecho, algunos investigadores proponen que los H. sapiens de esa época tenían armas de proyectil, pero si eran arcos o propulsores sigue siendo incierto. Sin embargo, el consenso se inclina hacia el uso de arcos hacia ~70–60 ka en África, dado el tamaño diminuto de algunas puntas y patrones de fractura específicos. Otro debate es si los neandertales llegaron alguna vez a desarrollar tecnología de arco y flecha. Hasta la fecha, no se ha encontrado evidencia clara de arquería neandertal. Los sitios neandertales carecen de las pequeñas puntas especializadas, y sus armas de caza conocidas eran lanzas arrojadas a mano. Esta disparidad ha alimentado hipótesis de que la arquería (junto con los propulsores) dio a los humanos modernos una ventaja competitiva en eficiencia de caza, posiblemente ayudando a H. sapiens a superar a los neandertales en Europa. Algunos advierten que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia: los neandertales podrían haber usado ocasionalmente arcos simples que no dejaron rastro; pero las opiniones predominantes sostienen que el arco y la flecha fueron una innovación de los humanos modernos. El tema sigue afinándose con nuevos hallazgos, como el descubrimiento de Mandrin, que refuerza cuán temprano H. sapiens dominó la tecnología de proyectil compleja en paralelo en distintos continentes.
Herramientas e implementos de trabajo de la madera#
Más allá de la caza, los primeros Homo fabricaron herramientas para trabajar la madera e incluso construyeron estructuras, lo que refleja un comportamiento complejo en el uso de herramientas y la planificación. Aquí, “herramientas de trabajo de la madera” se refiere tanto a herramientas usadas para trabajar la madera (hachas de piedra, azuelas, cinceles, etc.) como a los propios objetos de madera elaborados (palos cavadores, maderas estructurales). La madera es perecedera, por lo que la evidencia es escasa, pero sitios excepcionales muestran que los homininos daban forma a la madera muy tempranamente. El artefacto de madera más antiguo conocido es un fragmento de tablón de unos 780,000 años de antigüedad de Gesher Benot Ya’aqov en Israel, probablemente modificado por Homo erectus o heidelbergensis. Para el Pleistoceno Medio, aparecen múltiples ejemplos de trabajo de la madera. En Kalambo Falls (Zambia), un sitio anegado produjo herramientas y vigas de madera datadas en 476,000 años – incluyendo dos troncos masivos que habían sido entallados y ajustados entre sí, aparentemente para formar una estructura de madera elevada. Este hallazgo notable (publicado en 2023) sugiere que una especie de grado Homo heidelbergensis unió y dio forma a la madera para construir una plataforma o pasarela hace medio millón de años. Los troncos muestran carpintería deliberada: uno fue ahuecado con una muesca, y el otro fue modelado para encajar como soporte, evitando el movimiento. Tal construcción implica planificación, herramientas adecuadas (probablemente grandes hachas de mano de piedra usadas como azuelas o cuñas) y posiblemente un campamento semi-sedentario. Kalambo Falls también preservó palos cavadores y una cuña de madera en capas de ~390,000 años, e incluso en las excavaciones de la década de 1960 se encontró un objeto de madera puntiagudo (probablemente un palo cavador). Es probable que estas herramientas se usaran para excavar raíces o tubérculos comestibles y para trabajar otros materiales.
Los neandertales también eran hábiles carpinteros. El sitio de Poggetti Vecchi en Italia (datado en ~171,000 años, periodo neandertal temprano) contenía docenas de implementos de madera, maravillosamente preservados en suelo turboso. La mayoría eran robustos palos cavadores de madera de boj de alrededor de 1 metro de largo, con un extremo redondeado como mango y el otro extremo afinado en una punta roma. Las marcas de corte y estrías en estos palos muestran que fueron modelados con herramientas de piedra y, de manera importante, muchos presentan carbonización superficial, lo que indica el uso controlado del fuego para ayudar en el modelado de la madera. Es probable que los artesanos neandertales carbonizaran la madera para ablandarla y luego rasparan la corteza y dieran forma a los palos, una técnica que aún usan los carpinteros tradicionales para endurecer puntas o eliminar nudos. Estos palos de Poggetti Vecchi probablemente se usaban para la recolección (excavar raíces, tubérculos o insectos) y posiblemente para cazar presas pequeñas, demostrando una producción sistemática de herramientas de madera. En otros lugares, los neandertales también fabricaron lanzas de empuje de madera (como se mencionó) y ocasionalmente otras herramientas de madera; por ejemplo, se reportó un posible mango de madera en el sitio de Abric Romani (España), y se encontró un artefacto de madera tallada de 50,000 años (función incierta) en Molodova (Ucrania).
Los primeros Homo sapiens ampliaron el trabajo de la madera con nuevas herramientas. Las hachas de piedra pulida y molida de humanos del Pleistoceno tardío (p. ej. Australia y Japón, ~40–35 ka, discutidas arriba) casi con certeza se usaban para tareas pesadas de carpintería como talar árboles o ahuecar troncos. El análisis de desgaste en algunas herramientas africanas de la Middle Stone Age (p. ej. grandes hachas de mano achelenses y picos posteriores) muestra rastros de corte y tallado de madera, lo que sugiere que incluso sin “hachas” formales, los humanos empleaban herramientas de piedra para producir equipamiento de madera. En Asia oriental, un descubrimiento reciente en China (región de Guangxi) reportó “azuelas” de piedra perforadas de ~45 ka que podrían haber sido enmangadas y usadas para cortar madera, aunque tales hallazgos son raros. Para el Paleolítico Superior (~30–20 ka), la gente en Europa elaboraba regularmente objetos de madera, desde lanzas y astiles de propulsor hasta probablemente utensilios domésticos, pero de nuevo la preservación es limitada (a menudo los conocemos por representaciones en el arte o por marcas de desgaste indirectas en herramientas de piedra).
Descubrimientos clave:
- Gesher Benot Ya’aqov (Israel) – Fragmento de tablón pulido, ∼780 ka, posible estructura o herramienta de madera (uso de madera más antiguo).
- Kalambo Falls (Zambia) – Troncos entallados y unidos (madera estructural) y herramientas de madera (cuña, palo cavador), 476–300 ka, carpintería muy temprana por H. heidelbergensis.
- Schöningen (Alemania) – Lanzas de madera modeladas y un bastón arrojadizo, 300 ka, indica tallado complejo (también sugiere uso de herramientas para crearlas).
- Poggetti Vecchi (Italia) – Palos cavadores de madera de boj endurecidos al fuego, 171 ka, hechos por neandertales con herramientas de piedra + fuego.
- Sitios tempranos de H. sapiens – p. ej. Sunghir (Rusia) ~30 ka preservó astiles, Clacton (Reino Unido) ~400 ka mostró endurecimiento al fuego en madera; numerosas representaciones del Paleolítico Superior de uso de herramientas de madera.
- Hachas de filo pulido (global) – p. ej. Australia 49 ka y Japón 38 ka: estas hachas de piedra implican carpintería sofisticada (tala de árboles, fabricación de canoas, etc.) en esas regiones.
Debates e interpretación: Descubrimientos como Kalambo Falls han reescrito la narrativa de los primeros humanos como meros carroñeros nómadas; en cambio, incluso hace medio millón de años, algunos grupos invertían esfuerzo en construir estructuras y herramientas estables, lo que indica ocupaciones más prolongadas de los sitios y planificación a futuro. Un debate que surge de esto es cuán avanzados cognitiva y culturalmente eran estos primeros humanos. Algunos académicos sostienen que la evidencia de trabajo de la madera y uso del fuego en la fabricación de herramientas (como en Poggetti Vecchi) muestra un grado de previsión y habilidad que se acerca al de los humanos modernos. Otros advierten contra la sobreinterpretación: estructuras o herramientas de madera simples podrían no requerir una cognición plenamente moderna y podrían haber sido inventadas de manera independiente por distintos grupos bajo presión ambiental. También existe un debate tafonómico en curso: dado que la madera rara vez se preserva, ¿estamos subestimando su papel en las tecnologías paleolíticas? Casi con certeza sí: las herramientas de piedra pueden ser solo una fracción del conjunto de herramientas, con implementos de madera perecederos ausentes en la mayoría de los sitios. Por ejemplo, el hecho de que las hachas de mano fueran abundantes en sitios achelenses sugiere que el trabajo de la madera fue uno de sus usos principales (talar madera o dar forma a herramientas de madera), incluso si rara vez encontramos la madera trabajada en sí. En resumen, nuevos hallazgos continúan retrotrayendo la cronología del trabajo de la madera por homininos e incluso de la construcción de edificaciones, destacando que el repertorio tecnológico temprano de Homo era más rico de lo que sugieren solo los artefactos de piedra.
Herramientas simbólicas y artísticas#
Los miembros del género Homo no solo fabricaron herramientas para la subsistencia, sino que hacia el Pleistoceno Medio también crearon objetos con fines simbólicos o estéticos. Estos incluyen artefactos grabados, aplicadores de pigmento, ornamentos personales y otros objetos cuya función principal era comunicativa o decorativa más que utilitaria; en efecto, las “herramientas” del arte y el simbolismo. Identificar el comportamiento simbólico en tiempos tan remotos es polémico, pero varios descubrimientos apuntan a orígenes sorprendentemente antiguos para esta faceta de la cultura. El grabado abstracto más antiguo conocido en el registro arqueológico se atribuye a Homo erectus: una concha de Trinil (Java, Indonesia) incisa con un patrón zigzag deliberado, datada entre 430,000 y 540,000 años. Esta concha (un mejillón de agua dulce Pseudodon) fue recolectada originalmente por Eugène Dubois y reexaminada por Joordens et al. en 2014. El análisis microscópico confirmó que el zigzag de líneas rectas fue cortado con una herramienta afilada, no resultado de actividad animal o daño. Se desconoce el propósito del grabado – podría ser arte por el arte mismo o haber servido como marca – pero su existencia “reescribe la historia humana”, mostrando que H. erectus (durante mucho tiempo considerado incapaz de simbolismo) realizó diseños geométricos hace medio millón de años. Este hallazgo retrotrajo los grabados más antiguos conocidos por cientos de miles de años. Anteriormente, los más antiguos eran objetos como bloques de ocre grabados de Blombos Cave (~75 ka) y huesos o conchas incisos de ~100 ka asociados con H. sapiens tempranos o neandertales. La concha de Trinil se erige como evidencia de que los fundamentos cognitivos del arte podrían remontarse a nuestro ancestro común con erectus.
Para el Paleolítico Medio tardío, aparecen ejemplos claros de simbolismo entre neandertales y humanos modernos tempranos. En Cueva de los Aviones en España, los arqueólogos encontraron cuentas de concha perforadas y masas de pigmento (ocre rojo y amarillo) en capas datadas en 115,000–120,000 años – mucho antes de que los humanos modernos entraran en Europa. Estas conchas (en su mayoría moluscos marinos) fueron intencionalmente coloreadas con pigmento y presentan orificios que sugieren que se ensartaban como collares o colgantes. Según Joao Zilhão y colegas, quienes las reportaron, “Los hallazgos de Aviones son los objetos de ornamentación personal más antiguos conocidos en el mundo.” Preceden a los trabajos de cuentas africanos más tempranos por 20–40 mil años, lo que implica con fuerza que los neandertales los fabricaron. En la misma línea, neandertales en Krapina (Croacia) ~130 ka modificaron garras de águila con marcas de corte y pulido, probablemente para usarlas como garras en un collar o pieza de joyería, otro ejemplo de adorno simbólico a menudo atribuido a ellos. Quizá los más llamativos son las pinturas rupestres recientemente datadas en España: símbolos pintados en rojo (líneas, puntos, plantillas de manos) en paredes de cuevas en varios sitios (La Pasiega, Maltravieso, Ardales) tienen edades mínimas de 64,000 años mediante datación por series de uranio de la calcita suprayacente. Si estas fechas son correctas, las pinturas debieron haber sido realizadas por neandertales, ya que los humanos modernos aún no estaban en Europa. Esto establecería firmemente a los neandertales como los primeros artistas rupestres. La afirmación, publicada en 2018, es debatida (ver más abajo), pero se alinea con otras evidencias de capacidades simbólicas neandertales.
Mientras tanto, en África y el Cercano Oriente, los primeros Homo sapiens produjeron una variedad de artefactos simbólicos a partir de hace unos 100,000 años o antes. Ejemplos incluyen las plaquetas de ocre grabadas de Blombos Cave (Sudáfrica), datadas en 75–100 ka. Estas piezas de ocre presentan patrones incisos de reticulado y son ampliamente consideradas como arte abstracto deliberado o notación. Blombos también produjo cuentas de concha marina (conchas de caracol Nassarius con perforaciones y desgaste) de alrededor de 70–75 ka, lo que indica ornamentos personales. Otros sitios del norte de África como Taforalt y Contrebandiers Cave (Marruecos) tienen cuentas similares de ~80–110 ka. En el Levante, las cuevas de Skhul y Qafzeh (Israel) produjeron conchas con orificios y pigmento, datadas en ~100–135 ka, interpretadas como colgantes de humanos modernos tempranos. Para ~40–50 ka (la “revolución” del Paleolítico Superior), los artefactos simbólicos se vuelven abundantes: pinturas rupestres elaboradas, figurillas talladas (p. ej. animales de marfil y el Hombre León de Hohlenstein-Stadel ~40 ka), instrumentos musicales (flautas de hueso ~40 ka) y diversos ornamentos personales y herramientas decorativas se encuentran en toda Eurasia. Pero el foco aquí está en los primeros indicios de tal comportamiento, que de manera intrigante también involucran a humanos arcaicos.
Descubrimientos clave:
- Concha grabada de Trinil (Java) – Zigzag geométrico inciso en concha de molusco, 430–540 ka, hecho por Homo erectus.
- Bilzingsleben (Alemania) – Posible hueso de elefante grabado con marcas de reticulado, ~370 ka, atribuido a H. heidelbergensis (aunque se discute si es natural).
- Cueva de los Aviones (España) – Cuentas de concha pintadas y perforadas con ocre, 115 ka, ornamentos personales neandertales.
- Garras de águila de Krapina (Croacia) – Ocho garras de águila con marcas de corte, 130 ka, probablemente ensartadas por neandertales como joyería.
- Arte rupestre español (varios sitios) – Pinturas rupestres en ocre rojo (formas abstractas, impresiones de manos), ≥64 ka, reclamo de autoría neandertal.
- Ocre y cuentas de la cueva de Blombos (Sudáfrica) – Bloques de ocre grabados y cuentas de concha, 75–80 kya, entre los artefactos simbólicos más antiguos de H. sapiens.
- Otros símbolos tempranos: Contenedores de cáscara de huevo de avestruz grabados (Diepkloof, SA, ~60 kya), punzones de hueso tallados y posiblemente “crayones” de pigmento (varios sitios MSA), y uso generalizado de pigmentos de ocre (por ejemplo, Pinnacle Point, SA, ~164 kya de evidencia de procesamiento de ocre probablemente para uso simbólico o cosmético).
Debates e interpretación: La capacidad para el pensamiento simbólico – a menudo vista como un sello distintivo del comportamiento humano moderno – es un tema muy debatido en paleoantropología. La evidencia anterior ha impulsado una reevaluación de los neandertales e incluso de H. erectus. Muchos investigadores sostienen ahora que los neandertales eran cognitivamente indistinguibles de los humanos modernos tempranos en este aspecto. Las conchas perforadas y posiblemente su arte rupestre sugieren una invención independiente de la cultura simbólica, no un mero préstamo de los humanos modernos. De ser así, las raíces del simbolismo podrían situarse en nuestro ancestro común hace ~500kya, lo que significaría que la capacidad mental para el arte y la notación estaba latente mucho antes de florecer. Otros piden cautela. Los escépticos del arte rupestre neandertal señalan que datar minerales de la cueva proporciona una edad mínima, pero atribuir el arte a neandertales frente a humanos anatómicamente modernos (AMH) requiere certeza de que los AMH estaban ausentes; aunque 64k es anterior a la presencia generalizada de AMH en Europa, algunos argumentan a favor de una presencia más temprana de AMH o de que la datación podría reflejar una capa mineral más antigua, no el arte en sí. También está la pregunta perenne: ¿qué cuenta como “arte” o uso simbólico? Por ejemplo, el grabado en concha de Trinil – ¿es realmente arte intencional, o un garabato sin significado? Incluso sus descubridores confiesan que “no tienen ni idea del significado o propósito”. En ausencia de contexto, no podemos saber si un erectus rayó la concha por aburrimiento o por ritual. De manera similar, las piezas de ocre podrían haberse usado como pigmento para camuflaje corporal práctico o para curtir pieles, en lugar de pintura corporal con fines simbólicos; se debate el uso funcional frente al simbólico. Sin embargo, la opinión mayoritaria es que hacia ~100k años atrás (y posiblemente antes) los homininos estaban usando de forma consistente materiales de maneras no utilitarias y simbólicas: portando ornamentos, creando abstracciones y participando en conductas artísticas que no ayudan directamente a la supervivencia. El hecho de que los ornamentos personales más antiguos conocidos del mundo provengan de contextos neandertales en España (~115kya) es especialmente llamativo: desafía la vieja noción de una “revolución humana” que ocurre de forma súbita hacia ~50kya. En cambio, la aparición de herramientas simbólicas parece haber sido gradual, con hitos clave logrados por diferentes linajes de Homo a lo largo de cientos de milenios, y con un debate continuo sobre quién innovó qué y cuándo.
Otras herramientas compuestas y de múltiples piezas (arpunes, propulsores, etc.)#
Los humanos tempranos también desarrollaron una variedad de otras herramientas complejas que implicaban múltiples componentes o principios mecánicos, más allá de las categorías anteriores. Dos clases notables son las armas de caza complejas como los arpunes y los propulsores, y los conjuntos de herramientas avanzados que involucran microlitos y adhesivos.
Arpunes y herramientas de pesca: Hacia finales de la Edad de Piedra Media, los humanos estaban fabricando armas de pesca sofisticadas. Un hallazgo notable proviene de Katanda (río Semliki), República Democrática del Congo, donde se excavaron varios puntos de arpón de hueso con púas en estratos de alrededor de 90,000 años de antigüedad. Tallados a partir de hueso animal, estos puntos tienen múltiples púas a lo largo del asta y una base encajada, diseñada para desprenderse al impacto: un diseño complejo y especializado para arponear peces grandes. De hecho, se encontraron restos fósiles de bagres de tamaño masivo junto a ellos, lo que indica que estos arpunes se usaban para capturar bagres de 5 pies (~1.5 m), ~68 kg en antiguos lagos africanos. Los arpunes de Katanda suelen citarse como evidencia de la capacidad de los humanos modernos tempranos para estrategias de subsistencia complejas, ya que implican no solo habilidad en la fabricación de herramientas, sino también planificación de expediciones de pesca en grupo y conocimiento de los recursos acuáticos estacionales. En Eurasia, los arpunes aparecen más tarde (por ejemplo, la cultura magdaleniense del Paleolítico Superior, ~15 kya, dejó muchos arpunes de asta con púas para la pesca y la caza de aves acuáticas), pero el ejemplo africano muestra un origen mucho más temprano. Otro invento relacionado es el anzuelo de pesca: aunque no tan temprano, los anzuelos más antiguos conocidos (hechos de concha) provienen de Timor Oriental ~16–23 kya y Okinawa, Japón ~23 kya, lo que ilustra la invención independiente de aparejos de pesca multiparte (anzuelo + línea) por humanos del Pleistoceno tardío.
Propulsores (atlatls): Un propulsor es un dispositivo de lanzamiento de mano que extiende el brazo, permitiendo lanzar una lanza o dardo con mayor fuerza y distancia. Generalmente consiste en una varilla rígida con un extremo enganchado que se acopla a una lanza ligera (dardo). Es una verdadera herramienta compuesta: hay que fabricar el propulsor y los dardos correspondientes, y a menudo se añaden pesos o accesorios. La evidencia arqueológica de atlatls es complicada, ya que suelen ser de madera o hueso y pueden ser simples en forma. La evidencia directa más temprana proviene del Paleolítico Superior europeo. Se conocen artefactos tallados identificados como ganchos o mangos de propulsor en sitios solutrenses en Francia, ~18–20 kya, y especialmente del período magdaleniense (~15 kya), donde se han encontrado atlatls decorados (a menudo esculpidos en asta con figuras animales). Sin embargo, la evidencia indirecta sugiere que los propulsores pudieron haber existido antes. Como se mencionó, la aparición de diminutos puntas de piedra ~70 kya en África podría implicar dardos impulsados mecánicamente. En Australia, algunos investigadores han argumentado que ciertas puntas de piedra ~40 kya eran dardos de propulsor más que flechas, ya que los arcos podrían no haberse usado allí hasta más tarde. Un estudio reciente de puntas líticas de Le Placard (Francia) propuso que algunas eran dardos lanzados con atlatl ~17 kya, lo que adelanta el uso asumido en Europa por unos miles de años. En conjunto, aunque la cronología es confusa, es probable que Homo sapiens desarrollara propulsores hacia el Pleistoceno tardío (quizá ~30–20 kya a nivel global), otorgando a los cazadores una gran ventaja en alcance. Esto se alinea con la hipótesis de Curtis Marean de una “revolución de proyectiles en dos pasos”: primero lanzas con punta de piedra, y más tarde propulsores o arcos para extender el alcance. La tecnología del propulsor, como la del arco, se atribuye exclusivamente a los humanos modernos: no hay evidencia que sugiera que los neandertales la usaran. De hecho, la proliferación de atlatls en la Europa del Paleolítico Superior (donde existen docenas de artefactos e incluso representaciones en arte rupestre) después de 20 kya se considera uno de los factores que permitieron una caza de grandes presas más eficiente al final de la Edad de Hielo.
Herramientas compuestas microlíticas: Otra categoría de implementos complejos son aquellos hechos mediante el enmangue de múltiples pequeñas lascas afiladas (microlitos) en un mango para formar un filo o un arma aserrada. Esta innovación aparece en África hacia ~70 kya (industria Howieson’s Poort) y más tarde alrededor del mundo. Por ejemplo, segmentos de laminillas con dorso se enmangaban lado a lado en ranuras para crear herramientas de corte (análogas a una sierra o hoz primitiva) o como púas en proyectiles. Aunque no son “herramientas” en el sentido singular, estos arreglos compuestos muestran una planificación avanzada: fabricar piezas pequeñas estandarizadas para configurarlas en diversos implementos. Un caso famoso es la punta de lanza compuesta de Border Cave, Sudáfrica (~44 kya), donde múltiples diminutas lascas fueron pegadas con resina a un asta de madera para formar una sola punta letal. Este tipo de diseño modular anuncia el enfoque de ingeniería de tecnologías posteriores.
Adhesivos y ligaduras: En la base de muchas herramientas compuestas está el uso de pegamentos y ataduras para unir partes. La invención del adhesivo es en sí un logro tecnológico complejo, que efectivamente crea un nuevo material. El adhesivo más antiguo conocido es la brea de corteza de abedul, que los neandertales fabricaban ya hace 200,000 años en Europa. Se encontraron grumos de brea de abedul con impresiones de herramientas en Campitello Quarry, Italia (~200 kya), y en dos sitios alemanes (Königsaue ~40 kya y quizá anteriores). Producir brea a partir de corteza de abedul parecía requerir originalmente un proceso de destilación en ausencia de oxígeno (excavar un pozo de arcilla, calentar la corteza, etc.), lo que se tomó como evidencia de la ingeniosidad neandertal. Algunos experimentos recientes sugieren que métodos más simples (quemar corteza cerca de piedras planas) también podrían producir brea, lo que ha generado debate sobre cuán “complejo” era el proceso. No obstante, la presencia de adhesivos en herramientas de piedra es evidencia directa de enmangue: los neandertales usaban rutinariamente pegamentos para montar puntas de lanza y mangos al menos desde hace 100–200 kya. También se han identificado adhesivos compuestos (mezcla de brea con cera de abeja u ocre) en contextos de H. sapiens de la Edad de Piedra Tardía, lo que indica una mejora continua en las recetas de pegamento. El dominio de materiales de ligadura (fibras vegetales para cordelería, tendones, tiras de piel) habría ido de la mano, permitiendo cosas como trampas de múltiples piezas, redes de captura o hachas de piedra enmangadas firmemente.
Ejemplos clave:
- Arpones con púas de Katanda (RDC) – Cabezas de arpón de hueso, ~90 kya, puntas multipúa para pesca.
- Puntas de hueso con púas (África) – P. ej. cueva de Blombos ~73 kya (puntas de una sola pieza que podrían ser puntas de lanza o flecha, algunas con ranuras laterales posiblemente para púas).
- Primeros propulsores (Europa) – Ganchos de atlatl tallados en asta, ~20–17 kya, culturas solutrense y magdaleniense.
- Pesos de atlatl (Américas) – Aunque posteriores (Américas arcaicas ~10 kya), muestran un desarrollo independiente de la mejora del diseño del propulsor.
- Hojas compuestas microlíticas – Howiesons Poort (SA, 65–60 kya) y posteriormente industrias del Paleolítico Superior a nivel global, lo que indica ensamblaje de herramientas multiparte.
- Adhesivo de brea de abedul (Italia) – Pegamento en lascas de sílex, ~200 kya, el adhesivo sintético más antiguo.
- Herramientas compuestas en arte rupestre – P. ej. arte rupestre del Sahara (~8kya) muestra hoces enmangadas; pinturas rupestres europeas (~15kya) representan el uso de atlatl, reflejando la cultura material.
Debates: Estas otras herramientas complejas suelen suscitar debate sobre innovación frente a difusión. Por ejemplo, ¿se inventaron los arpunes de hueso de forma independiente en África y más tarde en Europa, o se difundió la idea? Los arpunes africanos de 90kya son tan tempranos que, si hubiera habido alguna influencia, tendría que haber sido a través de la expansión de humanos modernos mucho después. Lo más probable es que diferentes entornos impulsaran invenciones separadas: la pesca en la Europa de la Edad de Hielo se volvió importante solo después de que los humanos contaban con el conjunto de habilidades derivadas de la caza general con lanza. Los orígenes del propulsor se debaten de manera similar: la evidencia física es más clara en Europa, pero ¿lo inventaron los europeos del Paleolítico Superior, o fue traído desde otro lugar? Dado que las culturas aborígenes australianas tenían atlatls (el woomera) en tiempos más recientes (aunque no está claro cuándo se adoptaron), y existen algunos indicios indirectos en Asia, algunos antropólogos proponen que el propulsor pudo haberse inventado más de una vez. Otro punto de discusión es la línea divisoria entre dardos de propulsor y flechas: sus puntas de piedra pueden ser similares, por lo que distinguir atlatl frente a arco en contextos arqueológicos sigue siendo un reto sin el hardware asociado.
Por último, el papel de los adhesivos ha suscitado un debate interesante sobre la complejidad cognitiva. Algunos estudiosos argumentaron que la producción de brea de abedul demostraba que los neandertales tenían una planificación compleja y de múltiples pasos (una tarea cognitivamente exigente), casi un fósil mental de ingenio. Pero cuando se demostró un método más simple para obtener brea, otros sostuvieron que este conocimiento podría haberse descubierto por ensayo y error más que por una planificación prospectiva extensa. Así, aunque las herramientas compuestas indican sin duda habilidades de orden superior, los investigadores siguen examinando si cada caso requería un nivel de cognición “moderno” o podía surgir de mejoras simples iterativas. Independientemente de ello, la evidencia acumulada de tecnologías de herramientas multiparte – desde mangos y pegamentos de hace medio millón de años hasta arcos y arpunes de decenas de miles de años – dibuja un panorama de complejidad creciente. Estas innovaciones destacan la resolución creativa de problemas por parte de Homo para enfrentar desafíos de supervivencia, anticipando la profusión tecnológica que llegaría con los humanos plenamente modernos.
FAQ#
P: ¿Qué hace que una herramienta sea “compleja” en términos arqueológicos?
R: Las herramientas complejas implican múltiples componentes (como una cabeza de hacha de piedra enmangada en un mango de madera), técnicas de fabricación sofisticadas (como la producción controlada de adhesivos) o principios mecánicos (como el almacenamiento de energía elástica en los arcos). Van más allá de simples lascas de piedra o implementos de mano.
P: ¿Por qué son tan significativas las hachas enmangadas de Australia?
R: Las hachas australianas de 46,000-49,000 años son las hachas enmangadas más antiguas conocidas en el mundo, y anteceden herramientas similares en África y Europa por decenas de miles de años. Esto desafía la suposición de que las tecnologías complejas siempre se originaron primero en África o Europa.
P: ¿Realmente los neandertales fabricaron herramientas complejas comparables a las de los humanos modernos?
R: Sí, los neandertales fabricaron herramientas sofisticadas, incluyendo adhesivos de brea de abedul (hace 200,000 años), lanzas compuestas, implementos de madera endurecidos al fuego y posiblemente artefactos simbólicos. Evidencias recientes sugieren que sus capacidades cognitivas estaban mucho más cerca de las de los humanos modernos de lo que se pensaba anteriormente.
P: ¿Cómo pueden los arqueólogos distinguir entre flechas y puntas de lanza?
R: Las flechas suelen ser más pequeñas, ligeras (menos de 2 cm), muestran fracturas de impacto específicas de alta velocidad y a menudo tienen residuos de enmangue asociados con tecnología de arco. Las puntas de lanza son más grandes, pueden mostrar patrones de desgaste diferentes y se encuentran en contextos que carecen de las diminutas puntas estandarizadas características de la arquería.
P: ¿Qué papel desempeñaron los adhesivos en la tecnología temprana de herramientas?
R: Adhesivos como la brea de abedul fueron cruciales para el enmangue: unir puntas de piedra a astas o mangos de madera. Esta tecnología, dominada por los neandertales hace 200,000 años, permitió la creación de herramientas compuestas que eran mucho más efectivas que los implementos de mano por sí solos.
Fuentes#
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